Las divisiones de Cordero

 

Me cuesta trabajo visualizar que Ernesto Cordero encuentre un lugar en la historia económica de México


La muy difícil historia económica que México ha tenido en los últimos 196 años, desde la consumación de su independencia hasta nuestros días, nos ha llevado a pasajes económicos diversos. El arranque de nuestra independencia no fue fácil para la economía, pero tampoco lo fue el periodo de la consumación de la Reforma que enfrentó la intervención extranjera. La Revolución y las décadas subsecuentes tampoco han exentado a la economía de situaciones difíciles, como la implementación de al menos ocho modelos de desarrollo en los últimos 100 años.

El drama de la historia económica de México ha sido causante, sin embargo, del surgimiento de grandes mexicanos que han dejado un importante legado al pensamiento económico del país. Así, desde el primer secretario de Hacienda, Rafael Pérez Maldonado, en tiempos de Agustín de Iturbide –en 1822– hasta José Antonio González han habido 145 secretarios en 196 años, es decir, un secretario cada un año tres meses. Esta cifra ilustra el drama económico nacional.

Al ser parte del equipo de investigadores de los perfiles de quienes han encabezado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y coautor del libro biográfico de la vida de todos ellos, me sorprende la actitud pública del exsecretario Ernesto Cordero, que con sólo 20 meses al frente de Hacienda pierde su lugar en la historia del pensamiento económico al lado de figuras como: Matías Romero, José Yves Limantour, Luis Cabrera, Rafael Nieto, Alberto J. Pani, el propio expresidente Plutarco Elías Calles, Narciso Bassols, Eduardo Suárez, Ramón Beteta y Antonio Ortiz Mena. El uso de su posición en el Senado y la voz que ello le da, sin ser presidente del Senado, dudo que tuviera el mismo eco, para enfrentar a quien tiene un nivel político muy superior al suyo, como es Ricardo Anaya, que es el candidato presidencial del partido al que pertenece. Lo anterior confunde y extrapola al electorado justo dentro de una de las épocas en las que vivimos una fuerte división entre mexicanos y el modelo económico de desarrollo está en juego. Él divide, no une, a diferencia no sólo de estos grandes hombres, sino de otros igual de extraordinarios más actuales, que formaran parte del pensamiento económico mexicano y que nunca buscarían dividir, como lo hace Cordero, presentando denuncias penales en los separos de la procu en medio del debate electoral entre dos modelos económicos antagónicos. Es difícil pensar en encontrarlo siquiera a los pies de Hugo B. Margáin, Gustavo Petricioli, Pedro Aspe, Guillermo Ortiz, Ángel Gurría, Francisco Gil Díaz, Agustín Carstens o el propio secretario actual que apoya al candidato oficial, en pleno uso de su derecho, pero sin dividir. Me cuesta trabajo visualizar que Ernesto Cordero encuentre un lugar en la historia económica de México.