Leyendas sexuales. ¿Sexo sin amor?

 

Es falso que las mujeres seamos “incapaces” de separar amor y sexo


Estaba yo el otro día escuchando la televisión distraídamente cuando empezaron a entrevistar a una sexóloga sobre el sexo sin compromiso. Noté que algunas de sus afirmaciones estaban cargadas de juicios negativos, y comencé a poner más atención. Casi salto de mi asiento cuando, de plano, la susodicha dijo que las mujeres éramos “incapaces” de separar el sexo del amor porque nuestro cerebro estaba conectado de no sé qué manera y que por eso sólo los hombres podían tener sexo sin enamorarse.

Me dio tanto coraje que mejor apagué la televisión. ¿Dónde se ha visto semejante atrevimiento de dar un tinte “científico” a una aseveración de carácter totalmente moral? Bueno, sí se ha visto miles de veces, sólo que en esta ocasión alude al tema que nos interesa en este espacio.

Es falso que las mujeres seamos “incapaces” de separar amor y sexo. Basta con que preguntes entre tus conocidas y seguramente habrá al menos una cuyo hobby sea meterse a Tinder con el propósito de encontrar alguien con quien pasar la tarde o hasta el fin de semana. Esa época en la que una chica tenía que estar enamorada para “justificar” sus encuentros sexuales fuera de una relación estable han quedado muy atrás. Es cierto, muchas mujeres afirman que sólo si están enamoradas se van a la cama con alguien, pero esa es su regla personal, individual (muy respetable) y no tiene por qué ser válida para todas.

Ahora que, si lo miramos desde la otra perspectiva, los hombres también se enamoran de mujeres con las que tienen sexo casual. Conozco decenas de historias donde después de lo que llaman “un acostón” (o al menos, así lo llamaban en los noventa), el hombre le pide a la mujer que sea su novia, o le hace la típica pregunta de “¿cómo vamos a quedar?”, o hasta le manda flores o regalos y luego le empieza a escribir mensajitos románticos, y la cela cuando sabe que saldrá por ahí de fiesta.

Los guardianes de la vela perpetua se infartarán al saber que, hoy en día, muchos hombres ya no ven como un impedimento que la mujer se haya acostado con ellos a la primera para considerarla una candidata en una relación de largo plazo. Hoy por hoy, al menos en una urbe como la nuestra, las relaciones amorosas pueden haber empezado con algo de una sola noche, y ya poca gente se espanta de eso. A final de cuentas, las relaciones humanas son complejas y los sentimientos suelen surgir cuando estamos con alguien con quien nos sentimos bien y con quien, tal vez, descubrimos que tenemos mucho en común.

Y no, no todos los acostones tienen que terminar en el altar, pero tampoco podemos decir que ninguno de ellos podría convertirse en otra cosa.

Satisfacer su deseo sexual ha sido, durante demasiados siglos, una prerrogativa masculina. Por fortuna, las mujeres están tomando su parte en esa situación y parece que se logra más y más honestidad a la hora de establecer las condiciones para las relaciones casuales. Eso, al menos en la teoría, evitará confusiones y malos entendidos del tipo “yo creí que me amabas”.

Así que no, señorita sexóloga de la tele, las mujeres no estamos impedidas para tener sexo sin amor –así como los hombres no están impedidos de enamorarse con el sexo sin amor. Si fuera así, permítame presentarle a un ejército de mujeres que conozco que han sabido manejar perfectamente su vida sexual lejos del drama del amor mal correspondido, y que han podido formar relaciones estables cuando sienten que están con la persona correcta. Le garantizo que tendría demasiados casos por analizar.

* Periodista especializada en salud sexual.

@RocioSanchez