Linchamientos y hartazgo

 

Cada vez con mas frecuencia se ven capítulos en donde la violencia social contra delincuentes, ladrones, presuntos secuestradores o aquellos que son señalados como violadores, reciben severas golpizas de parte de la indignada y harta población que en ocasiones mata al detenido y maniatado personaje. Ya no se trata de algún municipio. En todos, en […]


Cada vez con mas frecuencia se ven capítulos en donde la violencia social contra delincuentes, ladrones, presuntos secuestradores o aquellos que son señalados como violadores, reciben severas golpizas de parte de la indignada y harta población que en ocasiones mata al detenido y maniatado personaje.

Ya no se trata de algún municipio. En todos, en donde se da la reacción social, hay también la tarea complicada y traumática cuando la policía trata de rescatar  al agredido.

Lesiones múltiples en rostro y cuerpo van acompañadas de auténticas cascadas de maldiciones e insultos de mujeres y hombres que, incluso, han llegado hasta a prenderle fuego al que detenido y sometido por colonos, es amarrado a un poste o algún árbol.

En los últimos 18 meses van mas de 110 linchados en distintos puntos de la geografía nacional, siendo varios municipios del Estado de México, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Tlalpan, Alvaro Obregón, Cuauhtémoc y otros municipios en donde se han registrado estos capítulos.

Incluso resulta normal ver letreros que indican “Si vienes a robar, te vamos a matar”, “Cuidado, delincuentes, somos expertos en linchamientos”, “No busques ser linchado. Lo vas a conseguir si robas, asaltas o cualquier chingadera que hagas”.

Como se ve, hay una respuesta de no solo hartazgo sino de intolerancia contra quienes atentan contra la tranquilidad o el patrimonio de familias.

Si bien los asaltos a pasajeros de microbuses, camiones, restaurantes, a quienes incluso escoltados por una patrulla, son asaltados al bajar de esta, y muchas otras formas de la agresión y robo, son ya de subir el termómetro de la reacción social, las autoridades están reaccionando como pueden, pero sin contener de manera importante el problema, lo que sigue siendo en la ciudad como en el país, una asignatura pendiente.

En otro despacho, hablaremos de aseguramientos de drogas, un Océano de pendientes y dudas.