Lo que parece, es…

 

Raúl Cervantes decidió renunciar al redituable hueso


Dice el sabio refrán de uso común entre los políticos nacionales. Y tienen razón: se engaña con la verdad, sería una acertada variante.

Resulta que el procurador General, Raúl Cervantes Andrade, decidió renunciar al redituable hueso; pero no
pensemos en que lo hizo como un acto de reconocimiento a los asuntos graves que deja pendientes. No, Odebrecht no le quita el sueño porque, después de todo, nunca pensó en someter a investigación al exdirector general de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Eso se menciona únicamente como muestra de lo que dicen que sólo basta un botón. El señor no aclaró
debidamente las causas que lo llevaron hoy al desempleo. Teórico, claro, pero desempleo al fin.

Las opciones se cruzan detrás del asunto. La mayoría piensa, o pensamos, que se trata de una maniobra politiquera para limpiar de su priismo al que se supone es aspirante a Fiscal General de la República, hueso apetecible de prolongados nueve años de inamovilidad.

Teóricamente quedaría en la posición tan de moda de optar por el cargo que ahora se le niega, pero con la calidad de “independiente”, de ajeno a todo “partidismo”. Pocos dan por muerto políticamente al exprocurador, pero no consideran otro de los aforismos nacionales tan apegados a una realidad: “en política nadie se muere”.

Otro de los asuntos actuales es la declaración de Ochoa Reza, quien trabaja como administrador tricolor,
que anunció a la ciudad, al país y al mundo que la elección de candidato del Partido Revolucionario Institucional a “La Grande”, no será abierta. O sea lugar común, si recordamos que nunca lo ha sido. No hay razón para que lo sea ahora, a pesar del dulce con que están jugando al organizar pasarelas que descalifican para negar que se trate de pasarelas. En fin, desfile de pretextos, eso sí es, aunque lo nieguen los organizadores.

En los siguientes días recibiremos más información de lo que parece y de lo que será. Un adelantado, oportunista como siempre e interesado, Vicente Fox que ya se lanzó de cuernos a favor de Meade.

Cuida su pensión, algo que le tiene bastante inquieto ante la posibilidad de  que don Peje se trepe a la Silla del Águila y de allí decida cancelar los privilegios desmedidos con que consentimos a los expresidentes, como si hubiese algo qué agradecerles o reconocerles cuando ni siquiera fueron capaces de cumplir con lo que el mandato les ordenaba.

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