López Obrador, el regreso

 

Sin duda, con estas declaraciones el tabasqueño ha ganado mucho


La semana termina políticamente hablando con una noticia de gran relevancia: Andrés Manuel López Obrador volvió a Televisa.

Desde 2006 se desencadenó una disputa entre el líder de las izquierdas y el papel que jugó esa televisora en la elección de aquel año.

Eso se desarrolló como pasa siempre, con todos los ejercicios fáciles desde el punto de vista intelectual, puesto que resulta muy sencillo hacer culpables y señalar como responsables a todos de todo, menos a uno mismo.

A partir de ahí, pese a que la información ha sido cubierta, en mi opinión de manera razonada y razonable durante todo este tiempo, al líder de Morena le ha parecido más rentable posicionarse fuera del sistema y jugar al boicot universal contra su propia persona.

He escrito y he asegurado en múltiples ocasiones que es un grave error hacerle la campaña sobre la base de que el objetivo político de todos los demás sea lograr que él no llegue a ser Presidente.

Por eso celebro la inteligencia en este regreso a la normalidad. Primero por el hecho de que lo invitaran, segundo, porque él aceptara ir y tercero –aspecto que me pareció más importante durante su participación en el programa de Carlos Loret de Mola– porque decidió decir que “en caso de que hubiese una amenaza para los intereses de México y los mexicanos, él sería capaz incluso de ponerse del lado del presidente Peña Nieto”.

Sin duda, con estas declaraciones el tabasqueño ha ganado mucho, puesto que ha podido pasar de los poderes espurios de hace 10 años, al hecho de llamar presidente a alguien que le volvió a ganar en las urnas del año 2012.

Pero, además, ese regreso a lo que alguna vez fue la normalidad y ahora está tan distorsionado por las llamadas redes sociales, representa una buena noticia para nuestro país.

Ya que por una parte los líderes políticos se han ido enterando de que efectivamente en esta ocasión estamos en problemas serios. Y por otra, que esos problemas no sólo son una situación para andarnos preocupando y llenarnos de miedo, sino para generar una oportunidad en la que seamos capaces de construir una nueva identidad nacional.

Las encuestas son claras y las tendencias también, pero en medio de todo eso seguiré esperando para observar las propuestas de unos y de otros, a fin de conocer qué acciones y qué reacciones provocará la posición de las encuestas contra la corrupción y el poder.

Porque en ningún caso se ha podido considerar que esa candidatura presenta lo que está triunfando en el mundo, es decir, el antisistema.