Los debates presidenciales: ¿similares a los anteriores?

 

El Instituto Nacional Electoral (INE) dio a conocer ayer “los criterios específicos para la definición de formatos y realización de los tres debates


A través de un acuerdo que publicó ayer en el Diario Oficial de la Federación, el Instituto Nacional Electoral (INE) dio a conocer ayer “los criterios específicos para la definición de formatos y realización de los tres debates entre candidatos a la Presidencia de la República durante el Proceso Electoral Federal 2017-2018”.

Los puntos más importantes del acuerdo son los que se refieren a las fechas de los debates y los lugares donde se realizarán, los temas que se debatirán en cada evento, el papel de los moderadores y el formato de cada encuentro.

Así, las fechas y sedes de los debates, que durarán entre 90 y 120 minutos cada uno, son: 22 de abril en el Palacio de Minería de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Ciudad de México; 20 de mayo en el Campus Tijuana de la Universidad Autónoma de Baja California, y 12 de junio en el Gran Museo del Mundo Maya de Mérida, Yucatán.

El 22 de abril los candidatos debatirán en torno del tema Política y gobierno, que incluirá los subtemas Combate a la corrupción e impunidad, Seguridad pública y violencia, Democracia, pluralismo y grupos en situación de vulnerabilidad. El 20 de mayo el tema será México en el mundo, incluyendo los subtemas Comercio exterior e inversión, Seguridad fronteriza y combate al crimen transnacional y Derechos de los migrantes. Finalmente, el 12 de junio, el debate será sobre Economía y desarrollo, con los subtemas Crecimiento económico, pobreza y desigualdad, Educación, ciencia y tecnología y Desarrollo sustentable y cambio climático.

Al respecto, considero que los temarios son demasiado amplios para que un mínimo de cuatro candidatos pueda debatir cada tema con amplitud en un máximo de 120 minutos. Para mí, el evento del 22 de abril debería concentrarse en dos asuntos: corrupción e impunidad y seguridad pública y violencia. El 20 de mayo deberían debatir únicamente sobre comercio exterior e inversión y combate al crimen transnacional. Y el 12 de junio la discusión debería centrarse en crecimiento económico, pobreza y desigualdad, y educación.

El INE, al definir un temario tan amplio para cada evento, pareciera buscar que los candidatos no profundicen en tema alguno. Por ejemplo, es importante conocer la propuesta de cada candidato para establecer un sistema fiscal que le proporcione recursos al gobierno pero que también promueva la inversión, el crecimiento económico y una mejor distribución de la riqueza; saber qué propone cada uno, fuera de promesas vagas, para acabar con la corrupción y la impunidad y disminuir los índices delictivos.

Me temo que los debates presidenciales de 2018 serán similares a los de años anteriores, pero gracias al cambio de formato, menos aburridos que los de años anteriores. Ojalá me equivoque