Los escritos místicos de santa Teresa

 

Sus experiencias místicas y de vida cotidiana las dejó plasmadas


Santa Teresa de Jesús, monja Carmelita, fundadora del Carmelo Descalzo y Doctora de la Iglesia, alcanzó una altísima mística con la infinidad de gracias que el Señor le concedió a partir del trato cotidiano y amistoso entre ambos.

Sus experiencias místicas y de vida cotidiana las dejó plasmadas en todos sus escritos, que son los siguientes: –Libro de la Vida: Escrito en 1562 y reescrito en 1565, es el primero que escribió, fiel reflejo de su personalidad humana y sobrenatural. Es una autobiografía en la que también relata sus experiencias espirituales y enseña a orar.

–Camino de Perfección: Guía de espiritualidad para las monjas del monasterio de San José de Ávila.

La escribió dos veces, en 1566 y 1567. Habla del amor, desasimiento, humildad y la oración, con avisos para perseverar con humildad frente a Dios sin exigirle experiencias sobrenaturales. Es una meditación sobre el Padre Nuestro como la oración vocal más importante.

–Las Moradas o Castillo Interior: Escrito en 1577, es un tratado de oración clasificada en siete moradas describiendo cada grado de oración y los efectos que deja en el alma con refuerzo de virtudes, así como lo que ha de hacerse para que el Señor quiera conceder gracias místicas.

–Las Constituciones: Legislación para la nueva vida carmelitana con una orientación contemplativa centrada en la oración, la soledad de la clausura, silencio, pobreza, penitencia, trabajo manual, abstinencia de carnes y alegres recreaciones.

–Las Fundaciones: Lo escribió entre 1573 y 1582, con muchos períodos de inactividad, pues lo comenzó a sus 58 años y lo concluyó meses antes de su muerte, a los 67. En esta obra asume el papel de directora espiritual mezclando la madurez de su sabiduría con la historia de la época, de la Iglesia y las necesidades monetarias que supone cada fundación. Narra su encuentro con san Juan de la Cruz, en Medina del Campo, en 1567, y cómo lo convenció de ayudarla en la reforma.

–Poesías: Inspirada en rimas que aprendió en su juventud cuando leía libros de caballería; muchos de sus poemas los compuso durante los viajes a las fundaciones, para alegrar la vida de los conventos. Posiblemente el más conocido es el que reza: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia, todo lo alcanza, quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta”.

–Las cuentas de conciencia: Son 66 breves anotaciones de carácter espiritual y devocional.

+–Meditaciones sobre los Cantares: Es una atrevida obra sobre el libro bíblico del “Cantar de los Cantares”.