Los funerales del calderonismo

 

Seremos testigos de los funerales del calderonismo en los próximos meses


En los regímenes parlamentarios los jefes de gobierno nacen del aparato legislativo. El gobierno pues, se convierte en pluripersonal y colegiado. Dicen los estudiosos que con este sistema hay mayor representación del conjunto social, mayor respuesta frente a una crisis de nación, mayor consenso en las decisiones, y sobre todo que el segundo lugar o tercero se convierten en líderes de la oposición. Es decir, se ven las caras en cada reunión del Congreso, con quien obtuvo más votos.

En el sistema presidencialista, el que obtiene mayor número de votos gana todo y los otros competidores pierden todo.

Claro, el contrapeso del Poder Ejecutivo es el Congreso, pero el jefe de Estado decide prácticamente todo. En México, los partidos políticos que no ganan la Presidencia de la República, siguen teniendo prerrogativas que les da el INE, tiempos gratuitos de radio y televisión, organización e infraestructura partidista, representación en las cámaras de senadores, diputados federales y los congresos locales.

También pueden lograr alcaldías y gubernaturas.

¿Pero qué será de los contendientes independientes, si no logran meterse a Los Pinos? La respuesta es muy sencilla: todo su esfuerzo, toda su inversión y todos los votos obtenidos se irán al cesto de la basura.

Claro, su clientela quizá los sigue a través de las redes sociales, mientras buscan sin partido otro puesto en las siguientes elecciones, pero en realidad, se les acabará el gas político, para continuar.

Es decir, la aventura de Margarita y Zavala es muy cuesta arriba; si no no logra regresar a la casona de Chapultepec tendrá que decirle a adiós a los reflectores, se le agotarán los recursos y adiós al proyecto.

¿Pero qué será de los contendientes –con partido– que no logren la Primera Magistratura? Supongamos que López Obrador quede en segundo lugar.

Pues tendría, seguramente, la Jefatura de Gobierno, varias delegaciones, decenas de alcaldías, y legisladores en todo el país. Y claro, financiamiento público, spots gratuitos y convertirse claro, en opositor formal.

No así la señora Zavala Gómez del Campo; por eso creo que seremos testigos de los funerales del calderonismo en los próximos meses.

Su salida pulverizará el voto. Su adiós al partido Acción Nacional es una bola lenta para el Movimiento de Regeneración Nacional y otra más lenta aún, para el Revolucionario Institucional. El 1 de julio de 2018 sabremos quién metió el cuadrangular.

Periodista, editor y radiodifusor

@GustavoRenteria

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