Donaldo a 23 años de su asesinato

 

Con su muerte, fallecieron carreras políticas y un proyecto de gobierno


Se cumplieron 23 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta en Lomas Taurinas, a manos de Mario Aburto Martínez, quien incluso ha hecho en dos ocasiones recreación de los hechos y de entonces a la fecha, se dice inocente de aquellos sucesos, que lo confundieron y que paga una condena, siendo inocente.

Este columnista estuvo en toda la gira del candidato del PRI a la Presidencia de la República y el ÚNICO, que llegó hasta el quirófano de urgencias del Hospital General de aquella ciudad fronteriza. Lo comprueban los libros de Liébano Sáenz y de Federico Arreola, cercano amigo del sacrificado candidato.

Largo tiempo de aquella impactante tarde en la que cambió la historia de México. Luis Donaldo Colosio murió y con su muerte, fallecieron carreras políticas y un proyecto de gobierno. Y algo que Donaldo tenía claro, desde entonces, era que el modelo de gobierno en México se estaba agotando. De entonces a la fecha, las cifras con las que ganaron, Ernesto Zedillo, presidente por accidente, Felipe Calderón, Vicente Fox e incluso Enrique Peña, han ido disminuyendo hasta llegar a 33 por ciento en el actual mandatario que ganó con los pocos votos del PRI y los siete del Partido Verde.

El sistema político de México está en agonía y se requiere para 2018 pensar con seriedad y con visión de país, que se necesitan gobiernos de coalición, para primero nivelar el poder y en segundo término dar lo que ya casi no hay: gobernabilidad.

Para el licenciado Manlio Fabio Beltrones Rivera se requiere reencauzar el establecimiento del nuevo Gobierno Federal, respetando el puntual cumplimiento de lo que establece un nuevo modelo de gobierno. Se trata de que quien gane, incluya otros partidos, seleccione a los mejores hombres en el gabinete legal y ampliado, y se acabe con nombramientos que no en pocas ocasiones se han hecho en quienes no tienen idea siquiera de la cartera o paraestatal que encabezarán, para ser ratificados por el Senado de la República.

En lo Legislativo, suprimir 100 diputados, más que ahorro de dinero, se buscaría a candidatos preparados y no como sucede hoy, que hay diputados que no conocen siquiera los artículos elementales de nuestra Carta Magna.