Mancera no pedirá licencia

 

La decisión no tiene vuelta atrás


La decisión de Miguel Ángel Mancera Espinosa no tiene vuelta atrás. Lo había declarado y no se le tomó con la verdad con la que habló, “si sigue la emergencia, no pediré licencia para buscar la candidatura a la presidencia en el 2018”. Así, claro y concreto.

Y es que, desde el sismo del pasado 19 de septiembre, cuando se conmemoraron 32 años del que también sembró destrucción y muerte en la ahora Ciudad de México, entonces Distrito Federal, en 1985, Mancera, ajeno al segundo evento de la semana siguiente, midió las necesidades de atender en la capital la situación. Sin olvidar Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Guerrero, la Ciudad de México mostró con ambos terremotos, la profundidad de las heridas que, en más de 228 casos, fueron de muerte.

Cada rescate en las zonas borradas o dejadas en ruinas, se convirtió en las historias cotidianas que se sucedieron una con otra, y en ocasiones se agolparon unas sobre otras. Hoy sabemos que rescate es cuando se trata de alguien con vida. Recuperación es cuando el o los cuerpos rescatables, se han ido de este mundo.

Hoy sabemos del cómo decenas de miles de jóvenes y cientos de no tan jóvenes, se convirtieron en una sola y muy poderosa fuerza de auxilio. De acción. De disciplina, cooperación, entrega con todo, y ejemplo de demostración de que somos un gran país.

Es precisamente en la desgracia, cuando aflora lo mejor y lo peor de los seres humanos. La gran mayoría con humildad y humanidad, y una minoría mostrando miserias, actitudes y acciones mezquinas, inmisericordes y no pocas veces, carentes de madre. Así.

Rumores de que viene un macrosismo, de que hay una bomba en el edificio de Pemex, que va a entrar la maquinaria pesada a remover escombros en donde todavía hay esperanza de encontrar sobrevivientes y muchas otras manifestaciones de escarnio, bajeza.

Pero allá cada quien y su conciencia.

GANÓ LA DEMANDA DEL PUEBLO

Primero como opinión, después como coincidencia de expresión. Mas tarde como clamor, después como demanda y, al final, como exigencia, la voz del pueblo sometió a los partidos políticos más a fuerza que por motu proprio, decidieron renunciar primero a las prerrogativas y luego al dinero en año electoral. Aquí, el que esto escribe señaló que cómo se gastarían más de 26 mil millones de pesos en elecciones el año entrante, cuando México se desangraba en las tragedias sucedidas.

El PRI fue el primero en solicitar que se le quitaran 257 millones de lo que se le daría al tricolor este año y, acto seguido, renunció a todo el dinero en el 2018. Lo secundaron PRD, PT, PAN, Verde y, al final, todos.

Pero incluso ya se habla de rescatar la propuesta de disminuir 100 diputados plurinominales y 60 senadores. México ya es otro.

Se imagina, amigo lector, que a las necesidades de reconstrucción se sumen 26 mil millones de pesos. Signo de interrogación.

La etapa de limpiar escombros, de desinfectar zonas, terrenos, escombros, será la última antes de levantar, de cero, nuevas viviendas, páginas de vida, cicatriz de la desgracia.

REGRESEN LO QUE SE ROBARON, CLAMOR

Y para concluir, otro clamor que crece, es el de que los ladrones exgobernadores, Duarte´s, Borge y Yarrington, regresen lo que se robaron para curar las heridas de la tragedia. Miles de millones de pesos para levantar vivienda, escuelas, reforzamiento de inmuebles, equipamiento y decenas de requerimientos mitigados.

México se merece que le regresen a su pueblo lo que le saquearon.