Memelandia

Vladimir Galeana Publicado el
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Sin lugar a dudas, el Presidente Andrés Manuel López Obrador es un hombre controvertido y controvertible. Y no es que pretenda enumerar cada una de esas ocurrencias que le han granjeado simpatías entre diversos seguidores, y animadversión entre los sectores medios y altos de la población.

Para decirlo mejor, es el propio Presidente de la República quien ha soltado el diablo que incentiva a los sectores populares de este país a mofarse de las ridiculeces del hombre que los mexicanos elegimos para que nos gobernara.

Por desgracia, las cosas no van en el camino correcto, y eso quiere decir que no tan solo el Presidente de la República ha tenido yerros garrafales en su precario gobierno, porque a decir de tirios y troyanos sus colaboradores no dan una, y para que la cuña apriete, las deliberaciones en el Congreso son de una calidad ínfima, aunque lo más grave es que pese a lo que se prometió en campaña, el gobierno federal y el Congreso Mexicano han decidido someterse a los designios de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

El Presidente de la República se ha encargado, por iniciativa propia, de meterse en problemas de toda índole, y me parece que debiera marcar un alto para sacudirse ciertos atavismos personales que lo han distinguido como un aguerrido opositor.

Para decirlo más claro, Andrés Manuel López Obrador tiene que dejar de ser el eterno opositor para asumir cabalmente la Presidencia de la República en un país donde el Ejecutivo es el que marca la diferencia en torno a los asuntos públicos, es decir, quien toma las decisiones.

Hasta ahora el nuevo régimen ha dado al traste con la planeación y el cuidado de las finanzas públicas, pues por un lado asume recortes y por el otro sigue regalando dinero. De seguir así, el endeudamiento será terrible ya que nunca podrá satisfacer las necesidades de los sectores más empobrecidos, pero lo peor es que ahora incluirá en sus estrategias de cooptación a millones de hombres y mujeres que convertirá en ninis, pero será el ejército que utilice en los siguientes años para someter a quienes se opongan a sus designios reelección.

Enrique Peña Nieto sufrió un fuerte desgaste a causa de los “memes” que se hicieron virales por sus deslices verbales, sus equivocaciones conceptuales y sus desplantes discursivos, y con ello, la segunda parte de su mandato se convirtió en un desastre en cuanto a índices de popularidad.

Para decirlo más claro, se desfondó y no hubo forma de recomponer el proyecto. El más recordado fue: “estamos ya por bajar acá en Oaxaca, estamos a un minuto de aterrizar, no, a menos, como cinco minutos”

En plena toma de protesta como Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador pensó que era gracioso lanzar en la tribuna más alta del país su conocida referencia “me canso ganso”, con lo que dio nacimiento a “Gansolandia” como la nueva “República”.

A partir de entonces los “memes” han ocupado un lugar preponderante entre las referencias al Presidente de la República. A Enrique Peña Nieto le hicieron un tremendo daño, a “Gansopoxtli”, como ahora le llaman muchos, seguramente lo destrozaran en los siguientes cinco años y medio de gobierno.

Al tiempo.

Vladimir.galeana@capitalmedia.mx

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