Mentira a mentira, escándalo a escándalo

 

Estados Unidos de América que ha marcado hasta este momento las tendencias internacionales


Estados Unidos de América que ha marcado hasta este momento las tendencias internacionales, estaba acostumbrado a tener escándalos de todo tipo mentiras de todo tipo, pero dentro de un ordenamiento. Trump ha fracturado todo. Pero, ¿quién lo hizo en realidad? ¿Trump o Putin? ¿Putin o Trump?

Porque en ese sentido resulta conveniente hacer una pausa en la comparecencia pública del pasado 20 de marzo, transmitida por las principales cadenas de televisión estadounidense del director del FBI, James Comey.

Y es que, como mexicanos nos hemos convertido en la víctima propiciatoria de Trump y, por lo tanto, creo que es importante insistir en que darle tiempo al tiempo y no precipitarnos en las negociaciones, es lo que más le conviene a los intereses de México.

No hay que correr, no hay que tener prisa, mejor hay que esperar que todo vaya cuajando hasta que esa grave crisis por la que está atravesando Estados Unidos se termine y le devuelva la razón necesaria para entender sus relaciones con el resto del mundo.

Ahora, el director del FBI no sólo habla de una conspiración, sino también de una colusión, una palabra que si usted busca en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, pone de manifiesto un pacto ilícito que perjudica a terceros.

¿Cuál era la finalidad de ese pacto? Desestabilizar al imperio del norte. ¿Lo consiguieron? Sin duda lo hicieron. Aunque lo que más me impresionó es que en medio del cómo, el cuándo o quién trabajó a favor de los rusos, el señor Trump asegurara que el “verdadero escándalo” es que el director del FBI no haya perseguido a los que filtraron información clasificada de inteligencia a los principales medios estadounidenses.

Así, al paso del tiempo entre mentiras, engaños y violaciones, la guerra personal de Mr. Trump contra los medios de comunicación le van planteando al mundo un nuevo escenario.

Puesto que ahora un gobernante subido en un dragón disfrazado de pájaro azul que no deja de emitir tuits, pretende acabar con más de 200 años de libertad informativa y con el espíritu de Jefferson en su país.

Esto sólo es el comienzo, y naturalmente con todas las cautelas que hay que tener sobre cuál podría ser el final, le apuesto a usted querido lector que en cualquier momento aparecerán muchísimas lenguas sueltas facilitando aún más información.

Por eso sigo sin entender la premura de México por cerrar los acuerdos con su vecino del norte, cuando la historia nos puede beneficiar en vez de perjudicarnos.