“México exprés”

Paso Exprés de Cuernavaca, no pudo haber tenido mejor nombre
Capital Publicado el
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Carlos Rojas Martínez/ CULTOS Y MOCHOS

Dos textos de Juan José Arreola explican muy bien la situación actual por la que atraviesa México, “El guardagujas” y “Carta a un zapatero que compuso mal unos zapatos”. En estos escritos se exponen puntos álgidos de la idiosincrasia nacional, zonas dolorosas por tanta tecata rascada cubierta con curita.

En “El guardagujas”, Arreola nos presenta una estación de tren que no está terminada, las vías por las que el ferrocarril llegaría “más allá” quedaron inconclusas. Un alegre viajero se queda atrapado en este lugar; consternado, le pregunta al guardavías que cuándo pasará el tren de regreso, éste le contesta que quizá no pase nunca; las autoridades inauguraron la obra inconclusa y ahí la dejaron, eso sí, hubo fiesta y excelsos discursos, le informa al despistado personaje.

“Carta a un zapatero que compuso mal unos zapatos”, epístola reclamatoria dirigida a una persona que se dice profesional de la reparación de calzado y que resulta un fraude, el cliente le echa en cara su pésimo trabajo. En alguna parte de la carta llega a decir el querellante que es imposible meter el pie en el zapato, la prenda quedó peor de como llegó, la supuesta reparación terminó en una monstruosidad imposible de calzar.

Cuando en el primer párrafo me refiero a la exposición de las heridas mexicanas que se intentan cubrir sin tener resultados positivos, me refiero a estas situaciones donde la simulación (“El guardagujas”) y el descuido (“Carta…”) superan la frontera de la literatura y llegan a esta realidad parchada, donde lamentablemente hay pérdidas humanas.

En una carretera de Morelos, novísima, padre e hijo cayeron en tremendo hoyo, socavón; pocos meses antes, funcionarios estatales y federales (incluido el señor Presidente de la República) dieron el banderazo oficial; hubo palabras que enarbolaron el progreso, se habló de las cosas buenas, de ésas que no se dicen, pero cuentan mucho. Juan Mena López y Juan Mena Romero se dirigían a la chamba, pero se los tragó la tierra. En algunos medios narran que pudieron comunicarse por teléfono para pedir ayuda, la tardanza de quienes no les gusta lo que hacen, el esfuerzo sólo sirvió para sacar los cuerpos sin vida de dos víctimas de la burocracia.

Paso Exprés de Cuernavaca, no pudo haber tenido mejor nombre, y esta nomenclatura le viene al pelo a México, un país exprés, rápido y exprimido, en el que el simulacro y las cosas mal hechas son cosas de todos los días. En Morguelia hay muchas obras de este tipo, sólo es cuestión de esperar un poco para comenzar a contar los muertos por “circunstancias ajenas”.

@CalicheCaroma

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