Impunes

 

Ciudadanos tomados como rehenes del nuevo reglamento


El Gobierno de la Ciudad de México se ha mantenido sordo a los clamores en contra de muchas de las disposiciones del Reglamento de Tránsito impuesto a rajatabla el año pasado. Ni la voz de científicos acreditados demostrando el incremento de la contaminación por la muy baja velocidad vigente en muchas zonas, ni la de ciudadanos literalmente tomados como rehenes al pretender verificar y enterarse en ese momento que tienen multas no pagadas nunca notificadas a domicilio –como marca la norma– sirvieron para siquiera intentar darle un vistazo al ordenamiento. La autoridad no se equivoca, y si lo hace se mantiene.

Ahora han difundido profusamente un nuevo dato, aseguran la disminución en 35% de muertes como saldo de accidentes de tránsito y lo atribuyen al Reglamento. Enhorabuena, nadie podría oponerse a un resultado tan virtuoso. Sin embargo, cabe una pregunta: ¿cuál es hoy el porcentaje de accidentes causados por el transporte público, en especial microbuses? Muy probablemente ha aumentado en igual o mayor proporción que la cifra señalada.

La causa de lo anterior, de confirmarse, está a la vista. La impunidad de los choferes, ajenos a los alcances de la disposición observada por todos los demás. No les alcanza, están exentos de ella. Esta afirmación se sustenta por sí sola. Ascenso y descenso de pasaje en zonas peatonales, ignorancia absoluta de la luz roja, vueltas prohibidas, y velocidades fuera de todo rango. Hace unos días vi a un taxista presionar groseramente a una dama por respetar los 20 kilómetros al pasar frente a un hospital. Le echó el carro encima y la ofendió al rebasarla de manera temeraria.

Cabe una segunda pregunta ¿Cuántas fotomultas y por qué monto se han aplicado realmente, esto quiere decir pagadas, a taxis, microbuses y transporte CDMX? Deben tener esta estadística.

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