López Obrador: una realidad incómoda

 

¿Quién hace nuestros monstruos? Nuestros sueños. ¿De dónde vienen nuestros monstruos? De nuestros miedos


Enrique Peña Nieto puso el grito en el cielo y activó los sensores para que ningún populista intente ocupar el poder, le hizo el mayor favor de su vida a Andrés Manuel López Obrador.

Y es que, es bien sabido –en cualquier historia y en cualquier academia de ciencias políticas sin necesidad de ir a Harvard– que lo único que legitima al poder es la oposición y lo único que le da fuerza a la oposición es el poder.

En 1930 Mahatma Gandhi tomó en sus manos sal del océano Índico y le aseguró a los británicos que esa sal era de India y no de ellos, lo que provocó que Reino Unido cometiera el error de convertirlo en el apóstol de la lucha pacífica, ya que esa situación posteriormente condujo a la independencia de India del Imperio Británico.

¿Quién hace nuestros monstruos? Nuestros sueños. ¿De dónde vienen nuestros monstruos? De nuestros miedos.

En ese sentido, ésta será la tercera ocasión en la que la realidad, o lo que es lo mismo, los errores del gobierno le harán la campaña a López Obrador.

Sin duda, todos queremos un mundo más justo, más sano, menos corrupto y donde tengamos mayores oportunidades. Aunque no sé si eso es lo que precisamente AMLO quiere, pero lo que sí quiere es tener la razón, a pesar de que ésta signifique que el pueblo de México muera de necesidad.

Por lo tanto la pregunta inmediata aquí es: ¿qué haremos? Porque tenemos dos caminos, usar la fuerza para acabar con él, o cambiar el curso de la realidad para que él no tenga la razón.

Personalmente confío en la segunda alternativa. Aunque ha quedado claro que es más fácil sólo hablar de demagogos, populistas y peligros.

Donde además hemos olvidado que el peligro somos nosotros porque con tiempo, con capacidad de rectificación y con ideas claras de lo que tenemos que cambiar, podemos generar una verdadera transformación. Sin embargo, no lo hacemos y nos resulta más sencillo demonizar a alguien y darle todos los días las armas necesarias para que él tenga la razón frente a todos nosotros.

Ahora López Obrador es nuestra realidad incómoda. Pero el problema no es que se haya ganado ese título por su autoridad moral, sino que al querer sepultarlo terminamos por lanzarlo hasta el infinito, convirtiéndolo en el portavoz de todos nuestros fracasos sociales.

En ese contexto, sería muy importante que todos los poderes de México se dieran cuenta de que la figura de López Obrador y la trascendencia que ha tenido hasta el momento no se podrá desarticular sobre la política, sino sobre el fracaso de nuestra sociedad.

@antonio_navalon