Movimiento de péndulo

ÁLVARO DE GARAY

Los desafíos económicos y políticos mundiales son muy complejos y no se ven en el horizonte nuevas ideas ni políticas efectivas para enfrentarlos. Desde el 2008 la economía mundial ha crecido con desesperante lentitud, la economía estadounidense ha tenido en términos relativos un mejor desempeño, pero la recuperación ha sido más bien débil. La economía china se ha desacelerado y las economías emergentes han perdido dinamismo. Europa no ha salido del estancamiento y con el Brexit las cosas lucen ahora más sombrías aún.

Los mercados financieros han estado en un permanente estado de turbulencia.

Además, conflictos como el de Siria y el surgimiento del Estado Islámico han hecho que la situación mundial se torne más compleja aún.

En los últimos veinte o veinticinco años muchas economías han sufrido cambios estructurales profundos. Con la globalización se crearon millones de empleos en las economías emergentes, principalmente en China, y se destruyeron o se dejaron de generar otros tantos en las economías desarrolladas. Este fenómeno ha creado enojo y frustración entre amplios grupos de trabajadores en las economías desarrolladas. Otro gran fenómeno deeste siglo ha sido la migración masiva provocada por la guerra y la pobreza. El Brexit es una consecuencia directa de este fenómeno, porque los que votaron por la salida del Reino Unido de la Unión Europea lo hicieron bajo la ilusión de que esto les daría mayor control sobre la migración. Y aun si esto ocurre, el precio será muy alto en términos de crecimiento, empleo y comercio. Si, además, Escocia abandona el Reino Unido, las perspectivas lucen aún más deprimentes.

El problema real actual es de fondo.

Lo que observamos es un movimiento de péndulo provocado por la desesperación y la frustración. Se puede decir que un sector importante de la sociedad en los países desarrollados ya emitió su veredicto: no aceptamos que las cosas sigan como están.

El último gran movimiento de péndulo sucedió en los 80s con Margaret Thatcher y Ronald Reagan. En esos años estaba muriendo el socialismo porque su modelo económico había fracasado. Gorbachov y otros líderes lo reconocieron y dejaron morir la utopía socialista. En 1989 cayó el muro de Berlín y el péndulo se movió hacia el liberalismo económico. Vino entonces el Consenso de Washington. Se promovieron con entusiasmo el libre comercio, la desregulación y la reducción del aparato estatal. En México, después de la debacle populista con López Portillo, se iniciaron importantes trasformaciones económicas en el país. Pero hoy en México y otros países de la región persisten grandes desafíos: pobreza, inseguridad, corrupción.

Frente a este complejo panorama lo que se observa es una ausencia de líderes políticos con una visión nueva, capaces de articular políticas efectivas para enfrentar problemas globales y locales que afectan a miles de millones de personas en el mundo.

Ante los desafíos globales, ahora más que nunca se requiere de una mayor integración y cooperación internacional.

Pero lo que está surgiendo es todo lo contrario: el nacionalismo, el populismo, el separatismo, el proteccionismo. Se trata de un movimiento de péndulo peligroso.

El surgimiento de Trump es resultado de la frustración de las clases medias perdedoras en Estados Unidos. Es una ficción creer que las políticas populistas y proteccionistas de Trump van a funcionar. Por desgracia, con la excepción de Angela Merkel, no han surgido líderes políticos con ideas integracionistas que estén dispuestos a defender lo que se ha ganado, para impulsar las metas del desarrollo sustentable de la ONU, los Acuerdos de París sobre emisiones de gases de efecto invernadero, para promover acuerdos internacionales que ayuden a combatir el terrorismo, para tener políticas globales que aceleren la recuperación económica. Si triunfan las corrientes populistas, nacionalistas y proteccionistas lo que veremos será un gran retroceso y una mayor inestabilidad en el mundo.

Profesor de EGADE Business School, sede Santa Fe.

Tecnológico de Monterrey