Mr. Trump, encuentro riesgoso

Mr. Trump, encuentro riesgoso
 

Aunque en agosto de 2018, el presidente número 45 de EU fue el primero en lanzar la flor: “Me gusta México. Me agrada su nuevo líder. Creo que podría ser estupendo. Un poco diferente a nosotros. Creo que estoy mejor con él que con el capitalista”.


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La reunión del presidente Andrés Manuel López Obrador y su homólogo estadounidense Donald Trump, se torna riesgosa. Aunque el pretexto es la entrada en vigor del T-MEC, para el magnate de origen neoyorquino, el “decoro y la dignidad” con la que llegará el presidente mexicano son insuficientes, pues en la reunión celebrada en el salón oval de la Casa Blanca será el punto de inflexión para determinar el futuro de la relación entre ambos. Sumisión o rebelión.

El presidente mexicano llegará con la línea discursiva que trae desde que publicó el libro Oye Trump en 2017 en el que afirma: “Estamos dispuestos a poner sobre la mesa, en su momento, nuestro programa de desarrollo para impulsar el crecimiento, generar empleos, mejorar los salarios y garantizar el bienestar, y así enfrentar de manera conjunta las causas que originan la migración, la inseguridad y la violencia. Además de convencer al gobierno de Estados Unidos que no sirven ni los muros, ni el uso de la fuerza”.

Aunque en agosto de 2018, el presidente número 45 de EU fue el primero en lanzar la flor: “Me gusta México. Me agrada su nuevo líder. Creo que podría ser estupendo. Un poco diferente a nosotros. Creo que estoy mejor con él que con el capitalista”.

Sin embargo, Trump es un presidente que ha agraviado a los mexicanos, primero prometió a los estadounidenses la creación de un muro y enseguida pagado por México. Posteriormente su política migrafóbica y antimexicanos aún se mantiene en el colectivo y eso es una afrenta inconclusa.

El que el magnate se encuentre en campaña es nimio. López Obrador no será el personaje de peso para dar un viraje y cambiar las tendencias para los comicios. Se desconoce el uso político que le dará Trump a este encuentro como ocurrió en 2016 cuando siendo candidato presidencial republicano estuvo con el entonces presidente Enrique Peña Nieto en Los Pinos en 2016.

Aunque desde hace un lustro no se había dado una reunión entre mandatarios de Estados Unidos y México. La última entre Barack Obama y Enrique Peña Nieto se encontraba en otro contexto de la geopolítica. Por ello es que la reunión, de esta semana, genera más suspicacias que certezas en la agenda que lleva el canciller mexicano Marcelo Ebrard.

Lo malo es que López Obrador y su comitiva son recibidos al margen del gran protocolo que significa una visita de Estado que incluye una cena formal en la Casa Blanca, un discurso ante las cámaras reunidas del Congreso de Estados Unido. En cambio, las visitas de trabajo se dan de forma bastante normal y cotidiana y tanto en la forma como en el fondo el encuentro es para apoyar el nuevo T-MEC que a final de cuentas es una extensión del modelo neoliberal puesto en marcha en 1994.

Este encuentro es un riego por el maniqueísmo natural de Trump y por la marcada desigualdad de poder entre ambos mandatarios, a final de cuentas López Obrador cedió espacios poco a poco, desde que detuvo las caravanas migratorias, su silencio funesto ante el muro, y ahora no hay márgenes de maniobra.

 

 

Por: Israel Mendoza Pérez

@imendozape