¿Narcoelecciones?

 

La Secretaría de Marina advirtió que los criminales están recurriendo a la violencia extrema no tan solo para debilitar a las estructuras electorales de todas las regiones del país, sino para orientar y reorientar el sentido del voto


No puede desestimarse la advertencia que lanzó el contralmirante Martín Barney Montalvo, director del Instituto de Investigaciones Estratégicas de la Armada de México, acerca de la injerencia de los capos del narcotráfico en las elecciones que se realizarán en los siguientes meses, donde habremos de elegir al Presidente de la República, senadores y diputados federales, presidencias municipales, congresos locales y algunas gubernaturas.

Y qué bueno que un relevante miembro de la Marina pone el dedo en la llaga.

Pareciera que estas elecciones tendrán de todo, incluido los yerros que ya se comienzan a cometer por las propias autoridades electorales, y las preferencias de algunos consejeros que hace tiempo tomaron partido y que de neutrales tienen lo que los periodistas de cándidos, es decir, nada. No podemos dejar de lado la particularidad que también tendrá la elección venidera, porque no bastará con cuidar a los tan reconocidos “mapaches”, sino también a los miembros de los distintos consejos municipales, distritales, estatales, y hasta el Instituto Federal Electoral, porque todos tienen preferencias. Con esto quiero señalar que el pretendido apartidismo no existe.

La Secretaría de Marina advirtió que los criminales están recurriendo a la violencia extrema no tan solo para debilitar a las estructuras electorales de todas las regiones del país, sino para orientar y reorientar el sentido del voto de amplios sectores poblacionales en los que tienen influencia ya sea mediante la coacción, la complicidad o la violencia.

Para decirlo más claro, la intromisión del crimen organizado habla de que ya estableció complicidades y componendas con diversos candidatos para obligar a los moradores a emitir su voto de acuerdo al sentido que se les indique.

La democracia mexicana corre el grave riesgo de responder a intereses diversos a los de los ciudadanos, y eso quiere decir que la política y el crimen organizado han aprendido a cohabitar en diversas partes porque han encontrado intereses comunes que solidifica esas relaciones que antaño eran simples sospechas, y que ahora son una lamentable realidad.

Y no quiero pensar mal, pero ahora puedo entender a cabalidad la presunta decisión de Andrés Manuel López Obrador de negociar con el narco para el establecimiento de diversos procesos de amnistía.

Sin lugar a dudas la democracia mexicana está en riesgo no tan solo por la forma en que ha degenerado el ejercicio político en todas las latitudes, también abonan mucho las ambiciones de hombres y mujeres que anhelan el poder y que esta vez harán lo que sea con tal de alcanzarlo. La muestra dada por el tabasqueño puede cundir por todo el país y la impunidad será la moneda de cambio de aquellos que hagan la tarea sucia para persuadir mediante la amenaza en diversos centros poblacionales.

Sería inútil pedirles que cuiden a México, porque es lo que menos importa a muchos candidatos. La búsqueda del poder por el poder mismo es el campo propicio para que la criminalidad pueda influir en las decisiones colectivas, y a cambio de ello lo único que esperan son las cuotas de impunidad para seguir desarrollando su deleznable actividad.

México y los mexicanos estamos en riesgo si se mezclan las ambiciones con las decisiones equivocadas, pero sobre todo, si quienes triunfan son los criminales. Insisto, eso es lo que puede detonar esa mal entendida amnistía electorera. Al tiempo.