¿Nunca es tarde?

 

La vida de 49 niños, a causa de la desidia de un país, es algo que cargamos en nuestras espaldas


El 5 de junio del año 2009, México vivió uno de los episodios más vergonzosos y dolorosos de su historia reciente.

En Hermosillo, en una guardería del Instituto Mexicano del Seguro Social, ubicada a lado de una bodega de la Secretaría de Hacienda del Estado de Sonora, se registró un incendio en el que lamentablemente 49 mexicanos dejaron de existir.

El asesinato de cualquiera de nosotros debería de ser razón suficiente para emprender una cruzada permanente que no permita que la vida de cualquier mexicano sea tan barata y tan poco valorada como en estos tiempos lo es.

Ahora la vida de 49 niños, a causa de la desidia de un país, es algo que cargamos en nuestras espaldas, algo que ensombrece nuestro presente y que complica nuestro futuro.

Es por eso que en este momento me alegro por la decisión –aunque no sé si ya es muy tarde– de la Procuraduría General de la República al llamar a otro peritaje internacional y al reiterar lo que hasta ahora no ha sucedido, es decir, que se hará todo lo posible para que los culpables paguen por lo que pasó.

El problema es que ya hay dos tipos de culpabilidad. Por una parte está la activa, es decir, aquella que se produjo como consecuencia de la falta de cuidado de un incendio que asesinó a 49 infantes.

Y por otra, está la pasiva, conformada por las condiciones que permitieron establecer a lado de una guardería, un almacén de papel con información sobre determinados manejos del gobierno del Estado de aquella época.

Ya ha pasado mucho tiempo y al día de hoy los padres y la conciencia de los mexicanos tienen un lugar en su corazón para recordar una y otra vez el caso de la Guardería ABC. Por lo tanto, no podemos pedirle al Estado que haga su parte y cuando éste intenta hacerlo no tomarle la palabra y exigirle que la cumpla.

En ese sentido y por el bien de todos, necesitamos como país conocer la verdad, identificar y castigar a los responsables, y sobre todo no dejar que ese testimonio brutal, esa hipoteca que significó el asesinato de nuestros niños quede impune y no sea atendido por el Estado que a fin de cuentas lo conformamos todos nosotros.

Hoy le pido al Estado que cumpla con la parte que le corresponde y le pido a los ciudadanos que nunca dejemos de recordar que para todos los crímenes –particularmente los que están relacionados con la infancia– jamás habrá ni perdón ni olvido.

Twitter @antonio_navalon

GG