Nunca he perdido una elección

El exgobernador de Puebla -por llamarlo de alguna manera Rafael Moreno Valle, no sólo aprovechó muy bien el tiempo y consiguió todos los apoyos necesarios para que ese combustible absolutamente imprescindible en la política llamado dinero lo respalde en su particular campaña, sino que además en contraste con sus compañeros panistas él tiene una característica que lo diferencia: Moreno Valle no tiene complejos.

Se ve, se siente y se asume como todo un ganador. Está seguro de que él sería la mejor opción del pacto entre la derecha y la izquierda, suponiendo que el PAN y el PRD se encuentran en esos amplios espectros ideológicos y que alguien a estas alturas del siglo XXI sabe exactamente qué quiere decir.

Pero lo que sí es claro es el mundo de intereses que acompañan a los dos partidos, especialmente al que pertenece Moreno Valle y en el que él se siente capaz con toda la plataforma que trae, no sólo de superar las dificultades políticas llamadas Anaya, Zavala y todas las demás, sino también de asegurar con firmeza que puede ganar los próximos comicios del 2018, porque como él lo declaró: “nunca he perdido una elección”.

Está bien que los políticos tengan confianza. Está bien que tengan poco sentido para no hacer el ridículo, eso ayuda. Y está bien que sean insensatos, porque la gente que sí usa la razón y la sensatez no quiere las mismas cosas que ellos persiguen y por eso la sociedad terminamos convirtiéndonos en sus víctimas propiciatorias, aunque creo que eso a ellos no les resulta muy relevante.

Ahora yo quiero saber cuál será el programa de la fusión ideológica que está creando un frente de oposición al actual partido en el gobierno y que además podría representar un freno en el camino de Moreno Valle hacia la Presidencia de la República.

Quiero saber, si es que logra su objetivo y llega al poder, si tendría tan buenas relaciones como las que tuvo durante los años en los que se desempeñó como gobernador de Puebla con el actual secretario de Gobernación en Bucareli.

Quiero saber si al final del día él ofrecerá una solución y un compromiso para el país, o simplemente nos mantendrá en un gatopardismo en el que algo cambia para que todo siga igual.

Pero en cualquier caso es conveniente observar lo bien que supo ahorrar y hacer sus cuentas mientras era gobernador, a tal grado de que ahora es capaz de emprender una batalla tan larga, tan cara y tan compleja, sin ningún tipo de inhibición ni limitación, y sin tener que contar todas sus declaraciones, ni las horas de gimnasio y tampoco los pesos invertidos.

@antonio_navalon