¡Ortega y Somoza son la misma cosa!

 

El estallido violento se originó por una propuesta para darle viabilidad financiera a la seguridad social


Así gritaban los manifestantes que desde hace varios días han inundado las calles de Managua, de Granada, de Matagalpa y de León para protestar en contra del régimen encabezado por Daniel Ortega y por su esposa Rosario Murillo, vicepresidenta del país. Las protestas fueron respondidas con una brutalidad que sólo podría esperarse de un régimen dictatorial, como ciertamente lo es el de Daniel Ortega.

Hasta el día de hoy las personas que perdieron la vida a manos de las fuerzas del Estado superaban la cifra de 60. Este estallido social se originó por una propuesta de reforma al sistema de pensiones que buscaba darle viabilidad financiera al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social y que limitaba de manera significativa los beneficios de los pensionados. Sin embargo, en el alma de buena parte del pueblo nicaragüense y no sólo de los pensionados, desde hace mucho tiempo se venía gestando una inconformidad con cosas que van mucho más allá de las virtudes o defectos del sistema de pensiones.

Una inconformidad que tiene que ver con el hecho de que Nicaragua es un país que se vio obligado a verter la sangre de decenas de miles de sus ciudadanos para acabar con una dictadura sanguinaria dinástica como lo fue la de los Somoza, para que al cabo de unos cuantos años terminara sumida en otra dictadura sanguinaria y dinástica como la que encabeza Daniel Ortega y su mujer Rosario Murillo.

Y es que si analizamos factores como centralización del poder, respeto a las libertades básicas, protección de los derechos humanos, vigencia de una organización democrática del Estado, separación e independencia de poderes, transparencia electoral y culto a la personalidad no podemos sino concluir que una de las divisas de las protestas en Managua son un diagnóstico fiel de la realidad actual: ¡Ortega y Somoza son la misma cosa!