Pacto traicionado

 

Traicionado por gobernadores voraces, cuyas tropelías resultan increíbles


El Pacto Federal ha sido traicionado por gobernadores voraces, cuyas tropelías resultan increíbles conforme se conocen, y nadie de la cauda de servidores del Gobierno Federal fue capaz de darse cuenta. Ni Delegados en los estados, ni la nutrida estructura de burócratas de toda laya pudo detectar los escandalosos desvíos cometidos por los sátrapas, y sí los supieron los callaron por su dependencia total de los poderes locales, aunque su patrón es la Federación, lo cual los vuelve cómplices de las irregularidades.

Sorprende saber datos como el carranceo de los fondos para la organización de los Juegos Centroamericanos en Veracruz, el robo del dinero en otras entidades para infraestructura y mejora escolar, y ¡hasta de los donativos recaudados en un Teletón! nunca entregados a sus beneficiarios, y el regalo gracioso de miles de hectáreas de terreno a socios y amigos. La voracidad y la desvergüenza impune y sin límites.

El problema es saber si con los casos de Veracruz, Quintana Roo, Sonora y Chihuahua se cierra la cloaca, o si son apenas el comienzo de otro libro. Sin afirmar nada, me pregunto cómo saldrán las cuentas de Coahuila, Chiapas, Guanajuato, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Tlaxcala una vez que procedan los cambios de gobierno. Desgraciadamente hasta entonces podremos saber parte de esta realidad, pues la ASF no tiene dientes para sancionar, y se limita cada año a dar a conocer el nuevo catálogo de porquerías, protegidas por los congresos estatales, aprobadores automáticos de las cuentas públicas. Lo peor es la abulia del Congreso Federal, ausente en el dictado de medidas sancionadoras ejemplares para erradicar este cáncer, pues sus acciones las dicta el color de los gobiernos estatales, no su conducta.

El interés ciudadano se subordina al cálculo electoral; 2018 puede ser la ocasión para cobrar estas afrentas. Ya veremos.