Partidos: a río revuelto…

 

Con una tranquilidad pasmosa, los mexicanos de a pie observamos el interminable “gastadero” con el pretexto de las campañas políticas


Con una tranquilidad pasmosa, los mexicanos de a pie observamos el interminable “gastadero” con el pretexto de las campañas políticas.

Hay quien se da el lujo de anunciar su renuncia al financiamiento público sin mencionar el río de dinero del erario entregado a su marido: no tengo forma de verificarlo, pero versiones admisibles mencionan 200 millones de pesos anuales para sostener a sus empleados.

Y Felipe Calderón Hinojosa, un moreliano de clase acomodada, pero de ninguna manera rico, informa sobre la entrega de su pensión como expresidente para algún grupo marginal.

Habla poco o de plano evita toda referencia a su fundación, cuyos propósitos no sabemos. Puede suponerse que es parte de la plataforma de lanzamiento como “suspirante” de Margarita Zavala. Y aquí cabe la pregunta: ¿cuánto cuesta mantener una organización, como la mencionada, sin aparentes fines de lucro? ¿De donde se hizo de mulas Pedro? Es el dicho campesino ante fortunas surgidas de la nada y ostentadas como legítimas.

El anuncio de Zavala representa un grave peligro, máxime si alienta a otros independientes a promover la admisión de donaciones, pero únicamente de particulares.

Un aspirante nada independiente, priista hasta la médula en forma y fondo, el fachendoso Bronco, ¿tendrá los arrestos para rechazar dinero “Z”? En semanas anteriores y en abierta burla a las rígidas y honorables autoridades electorales, hizo gala de la irregularidad en las firmas obtenidas por los empleados del gobierno neoleonés. Claro, llegó hasta 25 por ciento más de lo requerido, la movilización humana y de equipos (algunos con siglas oficiales) fue un buen ejercicio de organización de masas.

El caso del Jaguar se cuece aparte, pero será indudable la presión que ejerzan los que gobiernan Guerrero y que no son funcionarios públicos oficialmente. Está latente el caso de los 43 de Ayotzinapa y vigente el tráfico de amapola a la sede central de los narcos en Chicago.

Como siempre, los bien “maiceados” o ricamente asalariados consejeros del Instituto Electoral, se pierden en la impartición de cursos en “extranjia” –son tan sabios— y se miran el ombligo, viendo, desde luego, la forma de arrancar más lana en multas a los partidos que pagan sin hacer muecas.

Total, es dinero que sale de los bolsillos de los contribuyentes y que a los vividores de los partidos les preocupa un soberano cacahuate. Al fin y al cabo, en la actualidad, salvo tricolores y amarillos, el resto son negocios familiares.