Peje: ¡Comprar votos, pecado social!

 

“Vine a Neza porque me dijeron que acá vendría mi padre, un tal Pg. Mi madre patria me lo dijo”


Es un honor/ estar con Obrador, corea el orador en la Plaza Unión de Fuerzas del municipio 120 del Estado de México, y los nezahualcoyenses congregados bajo enorme carpa repiten para arropar al candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, que puntual goza en la pasarela ser considerado ya Presidente de México y así actuar ante cientos de celulares que atrapan el instante que me convierte en testigo de este clímax mesurado donde Es un honor/ estar con Obrador…

Él tiene la palabra clara, sencilla, dicharachera, regañona y protectora, encabritada y apaciguante, luego refulgente, disipadora de nubarrones para que se haga la luz y la voz de Él, voz que nos envuelva al dibujar ese Nuevo Mundo donde el guía, el patriarca muestra los frutos que los ejércitos del Mal habían escamoteado para su abusivo usufructo.

Él aclara y fustiga: “Soy peje, pero no lagarto; no somos iguales”; “Los fifís no visitan al pueblo, prefieren las conferencias de prensa”; “La mafia del poder no quiere perder el privilegio de mandar. Ya no. Se acabó”.

Las huestes portan banderolas, cartulinas, fleiers, playeras estampadas con promesas de Morena; cachuchas homologan las testas en una mañana soleada en que se conmemora un aniversario más de la batalla del 5 de Mayo, resistencia decimonónica al invasor francés.

Aviene pensamiento de influencia rulfiana: “Vine a Neza porque me dijeron que acá vendría mi padre, un tal Pg. Mi madre patria me lo dijo. Y le prometí que vendría a verlo antes que ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y Pg en un plan de prometerlo todo”.

–Regresaré a Neza como presidente electo –vaticina Él y luego corrige–: Les traeré, antes del 1 de diciembre, el Plan de Desarrollo para Neza: lo que se va a invertir para activar actividades productivas, para que haya empleo, la atención de los jóvenes, para la salud, el bienestar del pueblo y también para garantizar paz y tranquilidad sin represión, sin el uso de la fuerza, sentencia donde fue lecho seco y salitroso del exlago de Texcoco, asiento de pobres migrantes en quienes prevaleció una idea: hacerse de un patrimonio para los hijos. Así surgió Nezayork, de las colonias del Exvaso de Texcoco, por decreto del 23 de abril de 1963, y su nombre tuvo variantes estigmatizadoras, racistas, clasistas, discriminatorias: Nezahualodo, Nezahualpolvo, Lomas del Terregal, Lomas Jodido, Nezahualpillos, Minezota, hasta que una pinta en una barda casi la nombra en definitiva: Nezayork, la ciudad del rock…

Aquí Andrés Manuel explaya el otro mundo en el que – después de la Ascensión, el Ungimiento del 1 de septiembre– la vida será otra: se volverá a vivir. Elías Canetti pudo redactarle el discurso: “Quien fue el más pobre aquí y nada hizo de malo, tanto más valdrá en el otro mundo. Como ser nuevo, nuevo y en mejor situación sigue existiendo. Al creyente le es prometida la liberación de sus problemas”.

Desde la colonia Metropolitana viene Toño Toga, dramaturgo y director de teatro, que tiene El Teatrito en la calle Salto del Agua: “El evento me pareció concreto, muy concreto. Pero preocupan tantas promesas: cómo se van a realizar. Prometer no empobrece. Pero ilusiona; entonces hay que calcular el tamaño de la ilusión y el de las desilusiones”.

El Mal acecha en otras zonas de esta ciudad: priistas y perredistas encabezan reuniones con sus candidatos, y obsequian chunches, entrega de apoyos, animan desde cumbiamberos altavoces para restar público a la competencia. Y funciona. La plaza Unión de Fuerzas no desborda. Es la disputa por el voto, pues, y Andrés Manuel fustiga desde el templete:

–Comprar votos, comprar despensas, ¡eso hasta pecado es, pecado social! –y con ensayada muina detalla–: ¡La entrega de dádivas como despensas, láminas, tinacos y aparatos electrodomésticos pisotea la dignidad de la gente! ¡Es totalmente inmoral entregar tinacos, migajas! El pueblo ya no quiere migajas, el pueblo lo que quiere es que se haga justicia.

Práctico, Lucino Chavero, losetero, esquiva: “Yo tenía que estar aquí; mi vieja fue por dos-tres pisotoncitos a otra colonia: cómo fallarle a Marthita, la líder.

Los regalos vienen de mis impuestos; mejor recibo las correas del mismo cuero”.

–Vamos a la transformación del país –enfatiza Andrés Manuel–. Les pido que se vote pa-re-jo, porque la mafia, está diciendo: bueno, que se vote por Andrés Manuel, por el Peje, ya ni modo; pero (que) no se vote no para presidente municipal (de otro partido); no para senadores, no para diputados: pido voto pa-re-jo, parejo. Nada de voto diferenciado. No es votar por personas, es votar por la transformación de México, ¡contra la corrupción y por la justicia! A ganar la mayoría en el Congreso, pues ahí se va a atrincherar la mafia en el poder para estar obstaculizando.

Muy calma, la gente se dispersa a las paleterías, puestos de aguas frescas, quecas. Otros hacen valla a la camioneta del Peje, que por la Chimalhuacán enfila rumbo al aeropuerto.