El villano favorito

 

Enrique Peña Nieto se ha convertdo en el villano favorito de muchos inconformes


Sin lugar a dudas para muchos el Estado mexicano representa un adversario al que es necesario vencer para implantar un nuevo régimen que libere a sus habitantes del yugo de las oligarquías. Al menos ese ha sido el discurso enarbolado por los miembros de esa izquierda trasnochada que aún pulula por las calles de las grandes urbes del país, y que identifica como principal adversario a quienes de una u otra forma representan a esa estructura gubernamental a la que dicen combatir.

La nota del periódico Británico The Guardian camina en ese sentido culpando a la esposa del Primer Mandatario de habitar en Miami un departamento que es propiedad de un empresario que pretende celebrar contratos de obras con el Estado mexicano. La misma Angélica Rivera demostró hace algunos ayeres la legal propiedad de dicho departamento, pero de lo que se trata es de seguirla utilizando para combatir a quien detenta el poder de manera legal.

The New York Times, uno de los periódicos más influyentes del mundo publica que el señor Carlos Slim tiene un enfrentamiento con el Estado mexicano a causa de la reforma de telecomunicaciones realizada por el Congreso. Lo que no dice el diario es que el señor Slim ha robado durante muchos años las patentes de sus competidores menores, y la ley nunca ha sido aplicada en su contra pese a las evidencias encontradas contra su monopolio.

Hasta ahora el socio mayoritario de The New York Times, y quien ejerce el control del sentido editorial de ese importante medio de comunicación, es el señor Carlos Slim, así que resulta muy sospechosa la nota que busca generar percepciones negativas hacia el presidente Enrique Peña Nieto. Habrá que señalar que si alguien ha sido favorecido con contratos de tecnología y desarrollo de proyectos ha sido el propio Carlos Slim, por lo que la nota es discordante con la relación de interés que mantiene con el gobierno.

Enrique Peña Nieto se ha convertdo en el villano favorito de muchos inconformes, como ha sido el caso de quienes mantienen la bandera de los estudiantes de Ayotzinapa muertos en Iguala, quienes por estrategia han culpado al Estado mexicano del horrendo crimen porque saben el daño que causan en la percepción popular. La andanada de fin de sexenio ha sido adelantada, y lo previsible es que en lo sucesivo se torne bastante cruda y agresiva contra los familiares de Enrique Peña Nieto. ¿Cuál es el pecado? Pretender combatir los intereses de quienes se han encargado de mantener pobres a la mitad de los mexicanos.

Al tiempo.

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