Decálogo fiscal

 

El gobierno da más de lo que debe dar


(Segunda de cinco partes)

El gobierno, en su afán por ser, además de gobierno, desde ángel de la guarda, y preservarnos de todos los males, hasta hada madrina, y concedernos todos los bienes, da más de lo que debe dar (gasto social), razón por la cual quita más de lo que debe quitar (cobro de impuestos con fines redistributivos), debiendo tener claro que lo que a Y le da de más es lo que a X le quita de más, redistribuyendo el ingreso desde X hacia Y, todo lo cual ha dado como resultado un desorden fiscal, teniendo lo fiscal dos frentes: el referente a los ingresos del gobierno (que pueden ser impuestos y/o deuda y/o producción de dinero y/o venta de activos, debiendo ser solamente impuestos) y el relacionado con los gastos gubernamentales (que pueden ser, en términos generales, los relacionados con la garantía de los derechos de los ciudadanos y la impartición de justicia, con la inversión en infraestructura de comunicaciones y transportes, con el servicio de su deuda, con la satisfacción de ciertas necesidades de determinados grupos sociales, y el gasto corriente que cada una de estas partidas de gasto implica, debiendo ser, principalmente, los relacionados con la garantía de los derechos de los ciudadanos y la impartición de justicia).

Este desorden fiscal (que es el que se generó en México de 2008 a 2016, una de cuyas manifestaciones es el déficit primario, que implica que el gobierno tuvo que pedir prestado para pagar los intereses de su deuda), que más allá de ciertos límites puede generar problemas para la economía en su conjunto, debe corregirse y, ya corregido, evitarse en el futuro, para lo cual conviene tener un Manual del Buen Comportamiento en Materia Fiscal, que encontramos en el decálogo fiscal que, en 1991, escribió el Dr. Joseph Keckeissen, único discípulo de Ludwig von Mises (hasta hoy el economista más importante en la historia del pensamiento económico), que impartió clases en América Latina (universidad Francisco Marroquín, Guatemala), decálogo que vale la pena reproducir.

Continuará

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@ArturoDammArnal