Pobre México

 

El Gobierno no necesita oídos de espía para saber lo que piensan


Hubo un momento en el que la campaña de imagen nos la hacían los líderes de los cárteles.

Hubo otro momento en el que la campaña de imagen nos las hacían las muertas de Juárez. Y hubo otro momento en el que las campañas de imagen nos las terminaron haciendo las matanzas y las balaceras desatadas en las principales vías de Cancún.

Ahora como si no fuera suficiente con todo eso y con la mala imagen que tenemos, la prensa estadounidense nos viene a explicar que al Gobierno mexicano aparentemente le alcanza para gastarse el dinero en la compra de un software que le permita escuchar mucho mejor y antes de morir a los periodistas y a los activistas de nuestro país.

¿Quién es el enemigo del Gobierno mexicano que está al interior del propio gobierno? ¿A quién le encargan la campaña de relaciones públicas?

Porque no sólo es que “lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”, sino que cuando te matan a los periodistas, te violan a las niñas, llevas un récord de feminicidios y tienes a varios de los gobernadores más brillantes de la última década en calidad de prófugos o en las cárceles; entonces existen muchas razones para que el exterior nos aplique la vieja frase del embajador estadounidense John Gavin: “si parece pato, nada como pato y grazna como pato, entonces es un pato”.

Pero pasan los años, pasan las oportunidades y desafortunadamente México sigue teniendo una visión y una proyección que es injusta por ser limitada.

Por eso yo le pido al Gobierno que haga el favor de contar todo lo que está sucediendo, así como lo hacen todos aquellos que nos observan desde afuera para los casos de periodistas asesinados, mujeres asesinadas, descontrol, balaceras, guerra de los cárteles y ahora la curiosidad insaciable en el siglo XXI de un gobierno comprándose un software para oír a los líderes sociales y a los periodistas.

Sobre todo cuando es realmente fácil escuchar a ambos grupos, puesto que siempre están alzando la voz.

El Gobierno no necesita unos oídos de espía para saber lo que piensan los periodistas, bastaría con que los leyeran o los escucharan realmente.

Y por otra parte están los grupos y organizaciones de activistas sociales que tampoco son secretas, ni siquiera son discretas, y es que normalmente existen para armar mucha bronca ante la injusticia.

Pero, naturalmente si lo que pretende el Gobierno es adivinar el proceso del pensamiento tanto de esas organizaciones como de los periodistas, es conveniente que sepa que para eso no existe ningún tipo de software.

Twitter @antonio_navalon