Política industrial

 

Abre una oportunidad para renovar la planta productiva


Apostar a la política industrial abre una oportunidad para renovar la planta productiva y estimular la innovación en el mercado que se ha mantenido en una zona de confort, la cual urge romper de la inercia en la que se encuentra. La necesidad de alcanzar una economía más competitiva constituye una condición sine qua non para lograr una inserción internacional eficiente.

Los especialistas advierten que en un entorno global donde los mercados, la tecnología, los competidores e, incluso, las sociedades cambian en forma drástica y a gran velocidad, por lo cual la innovación se acelera conforme crece la demanda de nuevos consumidores quienes urgen cambios en los modelos de determinados productos y servicios.

El freno, por parte de algunos gobiernos de corte neoliberal que rechazaron la idea de la industrialización como base del desarrollo económico, provocó que se estancara el crecimiento y el impulso a las nuevas tecnologías por ello es que se debe retomar el paso para entrar de lleno a los cambios que exige la economía global.

Al mismo tiempo se necesita que el país dé entrada a nuevos proveedores para el ramo industrial. Con ello se provocará el cambio que requiere el país para ser más contundente.

Lo notorio aún es que existe una inversión productiva insuficiente que prevalece desde la crisis de deuda externa, las políticas de ajuste, estabilización macroeconómica y cambio estructural en combinación con la carencia de créditos y de sostenimiento de Pymes con una mayor vida dentro del mercado. Esos componentes alentaron un ambiente macroeconómico adverso para la inversión productiva.

La política industrial deberá ser la provisión de bienes públicos para el sector productivo. Además de que la agenda de la política industrial es mucho más amplia e implica un reordenamiento general de la sociedad. Esa es la visión a la que se debe aspirar como componente del modelo económico actual.