Política monetaria, ¿eficaz?

 

El Banco de México decidirá qué hacer con la TII


La inflación en 2015 fue 2.13 por ciento. En 2016 fue 3.36 por ciento, 1.23 puntos porcentuales mayor, equivalentes a un repunte de 57.7 por ciento. En 2017, según la última Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, la inflación será 5.67 por ciento, 2.31 puntos porcentuales mayor que la de 2016, que corresponderán a un repunte de 68.8 por ciento.

¿Por qué, si las autoridades monetarias se han fijado una meta de inflación anual entre 2 y 4 por ciento, no la cumplen? O porque no quieren, o porque no pueden. ¿Cuál es la respuesta? Porque no pueden, debido a la poca eficacia de la política monetaria, que en este caso consiste en aumentar la Tasa de Interés Interbancaria (TII), misma que desde el inicio del repunte en la inflación (enero del 2016), hasta la última decisión de política monetaria (30 de marzo pasado), pasó de 3.00 a 6.50 por ciento, con el objetivo de “reforzar la contribución de la política monetaria al proceso de convergencia de la inflación a su meta”, entre 2 y 4 por ciento.

Pese a los aumentos en la TII la inflación ha seguido al alza cuando, según las autoridades monetarias, debería de converger hacia su meta. ¿Por qué? Al comentar en torno de las metas de inflación como objetivos de política monetaria Milton Friedman afirmó que “son objetivos sobre los cuales las autoridades monetarias no tienen el poder claro y directo de lograr mediante sus acciones”, y que “hay una incuestionable conexión entre acciones monetarias y nivel de precios, pero (que) no es tan estrecha, invariable o directa como para que el objetivo de lograr un nivel de precios estable sea una guía apropiada en las actividades diarias de las autoridades”.

Hoy, que el Banco de México decidirá qué hacer con la TII, vienen a cuento las reflexiones de Friedman en torno de la eficacia de la política monetaria que, en nuestro caso, ha dejado qué desear.

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Twitter @ArturoDammArnal