Políticos en fuga

 

Uno de mil ejemplos en la ideología del hueso


ROBERTO DUQUE

La salida de una panista recalcitrante, Gabriela Cuevas, hacia las filas de Morena reavivó de manera especial el tema de los “tránsfugas”, o sea, los políticos que brincan de pronto de una ideología a otra.

Para esta expanista, López Obrador era un verdadero peligro para México; alguien que se dedicaba a violar las leyes y a mentir, pero ahora se le adhiere. Para López Obrador, seguramente, Cuevas era una perfecta mafiosa del poder, pero ya dejó de serlo como un acto de magia.

Este es sólo uno de mil ejemplos en la ideología del hueso.

Es el mismo tipo de fenómeno del PAN y el PRD, cuyos idearios son el agua y el aceite. (Por cierto, la comparación que hace Ricardo Anaya en el caso de Alemania, es un engaño.)

El PRI es todo un caso también porque, aparte de sus tránsfugas, su “ideario” de izquierda está más bien de adorno.

Muchos independientes no se quedan atrás.

Luego que no se extrañen de por qué la política en México está por los suelos en aceptación ciudadana.

Con esto, que ha sido llamado la “prostitución de los ideales”, ¿cuándo vamos a desmontar semejante casa de citas?

Constitucionalista
Especialista en temas electorales
@DuqueRoquero