Por ahora es imposible predecir quién ganará la presidencia

 

La mayoría de las encuestas que pretenden medir la intención del voto ciudadano nos indican quién aventaja a quién


Por diversas razones que en este espacio he explicado con anterioridad, desde hace décadas la mayoría de las encuestas de opinión pública realizadas alrededor del mundo dejaron de proporcionar datos precisos con el objetivo de dilucidar por cuál candidato a un cargo de elección popular votarán los ciudadanos de determinada circunscripción, trátese de todo un país o de las distintas divisiones geopolíticas en que éste se divide. Los ejemplos más recientes de la inexactitud de las encuestas se dieron en Irlanda y Colombia, como lo comenté aquí el miércoles pasado.

Hoy, la mayoría de las encuestas que pretenden medir la intención del voto ciudadano nos indican quién aventaja a quién, pero dejan mucho que desear en cuanto a decirnos por cuántos votos superará a sus rivales el ganador de la elección.

En lo que a la elección del próximo presidente de México se refiere, 10 encuestas difundidas en mayo le daban una cómoda ventaja a Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES), sobre su más cercano rival, Ricardo Anaya Cortés, de la coalición Por México al Frente (PANPRD-MC).

La del diario defeño Reforma del 2 de mayo le daba una ventaja de 17.62 puntos, la de Parametría del 3 de mayo le daba 14, la de BGC del 7 de mayo le daba 7.5, la de GEA/ISA del 10 de mayo le daba 5, la del diario defeño El Financiero del 14 de mayo le daba 12.4, la de Mitofsky del 16 de mayo le daba 12.1, la del diario defeño El Heraldo del 16 de mayo le daba 13, la de IPSOS del 17 de mayo le daba 19, la del diario Reforma del 30 de mayo le daba 21.56, y la de Parametría del 31 de mayo le daba 25.

En promedio, las 10 encuestas le dieron a AMLO una ventaja de 10.1 puntos sobre Anaya. La ventaja mínima que obtuvo fue de 5 puntos y la máxima de 25.

Todo lo anterior muestra que el expriista, experredista y ahora caudillo de Morena tiene una alta probabilidad de ganar la elección del 1 de julio y de asumir la presidencia de la república cinco meses después.

Sin embargo, existe la posibilidad de que las encuestas estén sobredimensionando la ventaja del morenista, como sobreestimaron la ventaja de Francisco Labastida en 2000, la de Enrique Peña Nieto en 2006, y la del propio López Obrador en 2012.

Hoy, con base en las encuestas difundidas, puede afirmarse que es muy probable que AMLO gane la elección venidera. También, con base en la imprecisión que han demostrado tener dichas encuestas, puede afirmarse que el 1 de julio pudiera darse un resultado muy similar al de 2006, en donde el ganador supere por un muy breve margen al que quede en segundo lugar. Ese ganador podría ser el mismo AMLO o, sorpresivamente, Anaya.