PRD, membrete alquilado

 

El PRD está a punto de desaparecer, porque miles de militantes y simpatizantes, buscan hueso en el Partido Revolucionario Institucional y en el movimiento de López Obrador


No se puede explicar la incipiente democracia que tenemos, sin el sol azteca.

En 1989 unió a todas las izquierdas; para el año 2006 encabezó las coaliciones históricas, que casi los mete a la Residencia Oficial de Los Pinos. Para la contienda en turno, es un partido arrendado.

El Partido de la Revolución Democrática hoy gobierna los estados Morelos, Tabasco, Ciudad de México y Michoacán. Tres de esas entidades quedarán en manos de Morena, es decir, reprobarán en las urnas a los mandatarios Graco Ramírez, Arturo Núñez y a la dupla Mancera/Amieva.

Mientras Silvano Aureoles, ya saltó como conejo hambriento; ya es priista, después del anuncio público, donde le apostó a José Antonio Meade.

Pronto no tendrán gobierno alguno, mientras la mayoría de sus militantes se lamentan que su candidato presidencial es cercano a la Iglesia Católica –repudia el matrimonio igualitario y no está por la despenalización de las drogas– cuando uno de sus principios básicos era la laicidad del Estado y la política.

Las corrientes de expresión amarilla están huérfanas y las tribus muy enojadas, sin rumbo. Mientras Nueva Izquierda claro, aplaude a su nuevo socio, el Partido Acción Nacional.

Obviamente emigraron del nido, los electricistas, telefonistas y pilotos aviadores y sindicatos universitarios.

El PRD está a punto de desaparecer, porque miles de militantes y simpatizantes, buscan hueso en el Partido Revolucionario Institucional y en el movimiento de López Obrador. De muy poco habrán servido los asesinados, torturados y presos políticos que lucharon por cambiar el rumbo del país.

Pobre PRD, de ser la fuerza que cambió a la nación, ahora es un simple membrete alquilado.