Primer trimestre, primer balance

 

El IPC de la Bolsa Mexicana de Valores pasó a 48 mil 542 unidades


Durante el primer trimestre el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores pasó de 45 mil 643 unidades a 48 mil 542, dando como resultado una ganancia del 6.4 por ciento. El comportamiento de los precios de las acciones que se venden y compran en el mercado bursátil mexicano, según el punto de vista ortodoxo al respecto, puede interpretarse como positivo: si el índice aumentó, tal y como sucedió, ello se debió al surgimiento de noticias que los agentes económicos consideraron positivas, todo ello a partir del siguiente “principio”: buenas noticias compra acciones, y entonces el Índice de Precios y Cotizaciones sube; malas noticias vende acciones, y entonces el Índice de Precios y Cotizaciones baja.

Entre enero y marzo el tipo de cambio (Fix) pasó de 20.62 a 18.80 pesos por dólar, lo cual dio lugar a una apreciación de nuestra moneda frente a la estadounidense de 1.82 pesos, equivalente al 8.8 por ciento. Dicho comportamiento del tipo de cambio, ceteris paribus, beneficia a los consumidores mexicanos de productos importados (por cada dólar de mercancía importada tienen que pagar menos pesos), pero perjudica a los exportadores mexicanos (por cada dólar de mercancía exportada recibe menos pesos), momento de recordar que es más importante importar (con las importaciones nosotros satisfacemos nuestras necesidades) que exportar (con las exportaciones satisfacen sus necesidades los extranjeros).

Terminamos el año pasado con una tasa de interés (Cetes a 28 días) de 5.69 por ciento, que se ubicó, en la última subasta primaria del marzo, en 6.43 puntos porcentuales, lo cual dio como resultado un repunte del 13.0 por ciento, que agrava la ya de por sí preocupante situación de las finanzas gubernamentales.

Por último, el precio del barril de petróleo mexicano de exportación pasó, entre enero y marzo pasados, de 46.25 a 42.60 dólares, una baja de 3.65 dólares, equivalente al 7.9 por ciento, lo cual “aprieta” más la difícil situación financiera de Pemex, si bien es cierto que ello lo obliga a “poner orden”.