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El electorado mexicano ha entrado a una etapa de hartazgo con los ahora cuatro candidatos a la Presidencia de la República


El electorado mexicano ha entrado a una etapa de hartazgo con los ahora cuatro candidatos a la Presidencia de la República, quienes en por lo menos dos de ellos, la descalificación, el insulto, el sacar antecedentes que demuestran que ni AMLO es la honradez andando, ni Ricardo Anaya “es un mirlo blanco”. O que José Antonio Meade Kuribreña no es acusado de mentiroso, sino de no haber hecho nada para evitar el aumento al IVA en la frontera, o el llamado gasolinazo.

Quienes saben lo que sucede en la toma de decisiones económicas, entienden que el secretario de Hacienda o, en su caso, el de Desarrollo Social, léase Meade, NO PODÍA HACER NADA, en relación a una orden de su jefe, el presidente Enrique Peña Nieto, sobre el incremento del IVA porque esas indicaciones vía diputados del PRI o senadores del tricolor, le dieron cauce a dichas medidas.

El secretario de Estado que está en contra de alguna decisión tomada por el presidente, simplemente renuncia al cargo, con el consecuente estigma que llevara hasta que se muera . Léase Jesús Silva Herzog, quien le renunció al presidente de la Madrid, al no estar de acuerdo en el manejo de la política económica que incluía el manejo de las tasas de interés y el tipo de cambio del peso frente al dólar.

Para muchos, el candidato Meade Kuribreña, alejó a priismo al ser nombrado el aspirante presidencial, sin ser militante del partido. Ahí, la decisión sembró el coraje y la frustración en el priismo que se preguntó “¿qué, no había nadie dentro del PRI que se mereciera ese reto?”.

Sin embargo, el hartazgo del pueblo contra un gobierno sellado con la marca corrupción, delincuencia impune, de saqueador de las finanzas públicas, ya cuesta arriba para dichos representantes del tricolor les endilgan a los Duarte de Ochoa, Duarte Jáquez, Roberto Borge, ex gobernadores de Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo y otros exmandatarios, que no se llevaron las chapas de las puertas, porque no les dio tiempo.

Y todo eso, lo arrastra el candidato del PRI, quien ha logrado en su relanzamiento de campaña minimizar al tricolor y al resto de los partidos en alianza para demostrar que se la está jugando con cargo a su prestigio y en la confianza de que la gente vota por el hombre y ya no por el partido.

El segundo debate realizado en Tijuana y con público participante que hizo seis preguntas a los candidatos, se llevó la mayor parte del tiempo, en insultos y descalificaciones. Sin embargo, a preguntas del futuro de los compatriotas migrantes, los cuatro candidatos, coincidieron en que darán todo lo necesario para protegerlos. Seguridad, sólo Meade dijo: “si tengo la solución y la voy aplicar”.

Mientras los temas más sensibles como el hambre y la pobreza, el desempleo el escaso crecimiento del país, el combate a la corrupción, tema en el que todos coincidieron erradicar, impunidad, el campo, el destino del país con las reformas aplicadas a partir del Pacto por México, quedaron pálidamente expuestas. ¡Ah!, pero las descalificaciones sobresalieron Ricky Riquín, canallín, cínicos, mentirosos, canallas y más.

Pero ya estuvo bien de esa guerra de descalificaciones. Ahora propuestas del qué y el cómo manejar una casa que el que llegue dirá: “me la dejaron muy tirada”.