Pulso Financiero

 

Recalco que los jóvenes trabajadores están a tiempo de analizar y ser conscientes del futuro (en pensiones y retiro) tan fatídico que les espera, si no actúan desde ahora


Marcelo Lara

El tiempo cobra la factura más cara a los trabajadores activos: la vejez. Llama la atención que los jóvenes mexicanos entre los 20 y los 30 años que son parte de la fuerza laboral de este país y que cuentan con algún empleo formal, únicamente recibirán una tasa de remplazo o pensión de entre 17 y 18 por ciento al término de su vida laboral, tomando en consideración su último salario.

Todo esto después de los cambios que se dieron al sistema de pensiones en 1997 y que dieron paso a la figura de las Afores.

Es aquí donde surge una espeluznante pregunta: ¿Podrán vivir con un monto tan pobre de pensión?, este problema se agudiza además por la falta de inquietud en conocer los diferentes esquemas de retiro que ahora tienen a la mano, donde desgraciadamente el principal responsable de las aportaciones no son el gobierno ni el patrón sino el propio trabajador.

Por ahora no se trata de ir encontrando culpables en el tema de las pensiones en este país, del cual –afirman expertos– no se requieren cambios estructurales, sino de actuar atacando uno de los principales problemas del retiro, el desinterés de los trabajadores por generar un ahorro justo para cuando finalice su etapa laboral.

Además es importante señalar que para México la esperanza de vida va en aumento, lo cual hace más grave el problema, pues en los últimos 83 años pasó de 34 a 76 años, en promedio, para hombres y mujeres.

Adicionalmente, el cambio demográfico que experimenta el país hará engrosar las estadísticas de mexicanos que requieran servicios de salud y un fondo digno de retiro.

Recalco que los jóvenes trabajadores están a tiempo de analizar y ser conscientes del futuro (en pensiones y retiro) tan fatídico que les espera, si no actúan desde ahora.

Concluyo sumando a la presente opinión y a manera de reflexión la siguiente interrogante que podrá ser analizada en otra ocasión: ¿Qué pasará, además, con aquellos jóvenes que ni siquiera tendrán beneficio de estos servicios por estar excluidos del sector formal?