Nos queda claro que el crédito es una herramienta única que ayuda o impulsa el desarrollo productivo de una entidad pública o privada. En el caso de los estados, la deuda pública permite principalmente el desarrollo de infraestructura; pero por otro lado, puede representar un freno de mano muy pesado cuando las condiciones de ésta empiezan sólo a favorecer al que te prestó.
Los estados endeudados en este país necesitan tener más certeza financiera y una reingeniería financiera para las deudas que hereden de las administraciones anteriores; pues en algunos casos aun y con un manejo responsable que se les ha dado a las mismas, éstas se convierten en impagables.
Incluso los congresos locales deberían crear una área específica financiera para el monitoreo de los créditos que tienen los ejecutivos de las entidades.
Me llama la atención cómo las instituciones financieras llamadas bancos, en la mayoría de los casos, ha dejado de lado el abono al capital de lo que han prestado a los estados para solamente abocarse al cobro oportuno de intereses, cuando debieran ayudar de manera enérgica e integral a que se les pague ese capital que proviene de ahorradores y de inversionistas; pues al final son instituciones que deben apoyar a la productividad pública del país donde se les permite hacer negocio con el dinero.
Los estados necesitan ser más productivos; y con esto me refiero a crear empresas paraestatales con el Gobierno Federal o algún mecanismo para producir y vender bienes y servicios que le dejen utilidades financieras reales para así no depender sólo de los presupuesto para abonar a las deudas. Porque no hay duda de que la disposición de recursos públicos cada vez es más escasa. Además, otra opción sería que, de las participaciones federales, una parte se vaya al capital de las deudas y el estado se aboque a pagar intereses.
Un punto interesante que siempre se menciona en estos temas de deudas es la renegociación en aras de buscar mejores condiciones para el deudor; pero en la mayoría de los casos, se parte de la idea de que es muy elevada la deuda, y que no ha sido posible bajar el monto del capital y que está perjudicando la liquidez de los gobiernos. Por tanto, lo que se busca es mejorar la tasa de interés, los plazos o tiempos de amortización, incluso que dicha deuda sea adquirida por un buen postor o se consolide con el menor número de acreedores obteniendo otras condiciones para ser liquidada.
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