¡Al diablo con las instituciones!

 

¿cómo sería una América del Norte en manos de Justin Trudeau, Donald Trump y López Obrador?


Donald Trump aspirante a ser el próximo presidente de los Estados Unidos de América, declaró recientemente que si él no gana las elecciones de noviembre será porque esos comicios habrán sido manipulados, alterados o vendidos.

Aunque sólo le faltó decir, que una vez que pierda –si es que eso sucede– no dudará en gritar: ¡al diablo con las instituciones!

En ese sentido, existe un aspecto muy interesante que es el fenómeno de los políticos no políticos, quienes lo primero que hacen es llegar y señalar que todo huele mal, algo que ya sabemos desde antes de Hamlet y su célebre frase: “algo huele mal en Dinamarca”. Porque es bien sabido que en toda la política siempre habrá algo que estará podrido.

Pero alguien que ni siquiera es capaz de hacer su declaración de impuestos y no le importa en lo mínimo la serie de imprudencias y errores que comete, ha convertido a todos sus seguidores en una burla. Porque no hay nada más ridículo que un montón de payasos vestidos de camisas pardas como aquellos que se enfrentaron violentamente con los comunistas en las calles de Berlín en 1932. Sin olvidar todo lo que pasó después.

Estoy de acuerdo que el problema consiste en que la derrota política huele de muchas maneras, sin embargo, huele particularmente mal cuando se acaba el discurso y cuando lo único que puedes decir después de una barbaridad, es una barbaridad mayor.

En este momento cruzo los dedos, le rezo a todos mis dioses y pido constantemente que no suceda nada que cambie la actual tendencia en la que todo apunta a que el candidato republicano tendrá que lidiar con la derrota en las próximas elecciones estadounidenses.

Y no es que me haga especial ilusión que Hillary Clinton ocupe la Casa Blanca, pero desde luego lo que sí me provoca terror es imaginar que alguien como Donald Trump la pudiera ocupar. Ahora lo que es muy curioso es que ese fenómeno que se está desarrollando en el imperio del norte, en el que los políticos ya no saben qué más decir ante una derrota, y lo primero que hacen es denunciar que las elecciones fueron alteradas, prostituidas y manipuladas, para que después simplemente manden al diablo a las instituciones; resulte taaaan familiar para nosotros los mexicanos.

Y es que, usted imagínese ¿cómo sería una América del Norte en manos de Justin Trudeau, Donald Trump y López Obrador?

Si ya sé que existen las pesadillas, los cuentos y las alucinaciones, pero sería conveniente no olvidar que ésta no se escapa mucho de una preocupante pero posible realidad.

@antonio_navalon