¿Qué busca EU con la renegociación?

En su primer discurso como presidente, Donald Trump habló claro y fuerte: Estados Unidos cede el liderazgo de la globalización y será un país mucho más cerrado, así sea por la fuerza. La cancelación de la reunión programada entre los presidentes Peña Nieto y Trump marca un distanciamiento sin precedente entre los gobiernos de ambos países.

Al escuchar a Trump en su discurso inaugural daba la impresión que más que un cambio de gobierno, se estaba atestiguando un cambio de régimen en Estados Unidos, cosa que sí es probable que ocurra. Tal vez no de jure, pero sí de facto.

Las posturas económicas de Trump en materia de comercio son las de alguien que cree que el comercio representa un juego de suma cero, es decir, un juego donde lo que uno gana, el otro, el adversario lo pierde necesariamente.

Desde la óptica de Trump, países como México y China han ganado lo que Estados Unidos ha perdido en dos décadas de comercio abierto, de ahí que va a tratar de arrebatar la producción a esos países. Si las empresas instaladas fuera de Estados Unidos no vienen por convicción, vendrán por temor (piensa).

Esta visión torpe y desformada va a producir enormes distorsiones en la industria, pero de manera mucho más focalizada en aquellas que Trump y su gobierno decidan que son las industrias que deben recuperarse, por ejemplo, la industria manufacturera automotriz.

Mucho se ha hablado en Estados Unidos de que México ocupará muy pronto el quinto lugar de producción de autos a nivel global y Trump, en lugar de ver este dato como un signo de competitividad de la región de Norteamérica (de la cual ellos llevan el liderazgo) lo ve mezquinamente, lo ve como un atraso de Estados Unidos.

Trump buscará renegociar el TLCAN o simplemente salirse. El resultado de toda esta cadena de hechos es que Norteamérica va a perder competitividad en conjunto y esto podría meter en serios problemas a muchos sectores.