¿Que quedó del PAN, PRI y PRD?

 

Tres partidos convertidos en cascajo y con rencores internos


Después de la impactante lección del pueblo, que votó masiva e históricamente este pasado 1 de julio, el recuento de los daños ante un 54.3 por ciento de votos a favor de Andrés Manuel López Obrador no da mucho margen de maniobra para saber que en los partidos PRI, PRD Y PAN, hay severos enfrentamientos y reclamos internos e incluso en el tricolor al cuestionarse cómo se permitió que Luis Videgaray, actual canciller, pusiera, sí, pusiera, a Enrique Ochoa Reza al frente del PRI en la campaña, en la que escogieron a un no militante y excelente mexicano, con la lápida del desprestigio y hartazgo nacional por el instituto político del que salieron graduados en ratería más de tres exgobernadores, dos de los cuales están presos y otros andan como becados por el mundo.

René Juárez Cisneros, priista de vieja historia, exgobernador de Guerrero, exdiputado y conocedor de lo que quedaba de lo que alguna vez hizo que al Revolucionario Institucional se le llamara “la maquinaria perfecta” y “la aplanadora”, entró al relevo de Ochoa Reza para coordinar; en el último tramo, la campaña de José Antonio Meade Kuribreña quien, por cierto, dice que ahora meditará qué será su futuro, campaña que no prendió al electorado y que se fue consumiendo con los días, para resurgir como “llamarada de petate” y apagarse con las cifras dadas a conocer a las 11 de la noche del pasado domingo, dice que convocará a una reunión de profunda reflexión.

Lo que René Juárez Cisneros quiso decir, es que sí, habrá una reunión para decirle en su cara a Videgaray, a Ochoa Reza, y para que se lo digan al mismo Enrique Peña Nieto, que haber descuidado al priismo y a los gobernadores, y la seguridad, y hacer tantas transas, acabó por tener “hasta la madre” a los mexicanos.

Del PAN, con un descaro que llama a burla, Ricardo Anaya, candidato en coalición con PRD y Movimiento Ciudadano, advierte que hay quienes quieren apoderarse del blanquiazul.

Vaya descaro.!!!!! Claro que hay panistas que quieren recuperar al partido que secuestró el queretano, involucrado en una investigación de lavado de dinero cuyo desenlace no llega aún. El PAN está fracturado, desmoronándose.

Expulsados, Ernesto Cordero, y otros.

Renunciaron Margarita Zavala y Ernesto Gil Zuhart, perseguido como Cordero por el mismo Anaya. De hecho, del PAN, sólo quedan migajas, aun cuando tenga gobernadores que no quieren saber nada del alguna vez llamado “Joven Maravilla”.

Del PRD, la lección de Amalia García o Ifigenia Martínez, la primera que renunció un día antes de las elecciones y la que se fue antes a Morena, cimbró la estructura y militancia, que por más que presuma Jesús Ortega que el PRD está fuerte, lo cierto es que es todo lo contrario.

Lo han dejado como las ratas que salen corriendo del barco cuando se va a hundir.

Tres partidos convertidos en cascajo y con rencores internos. Ahora, a pagar soberbia y prepotencia. No hay más.