Que sea para bien

 

Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador tomará protesta el día de mañana como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Y hay que señalar que su principal arma para llegar a ese sitio ha sido la perseverancia y la tozudez. Nunca nadie se había empecinado tanto por alcanzar ese ideal de gobernar a […]


Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador tomará protesta el día de mañana como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Y hay que señalar que su principal arma para llegar a ese sitio ha sido la perseverancia y la tozudez. Nunca nadie se había empecinado tanto por alcanzar ese ideal de gobernar a los mexicanos, aunque también hay que señalar que no es el primer caso en la historia de este país, ya que durante el siglo antepasado y pasado existió un personaje que hizo historia por los intentos que realizó por alcanzar la Presidencia de la República.

Nicolás Zúñiga y Miranda fue un abogado nacido en Zacatecas, y surgió su notoriedad cuando aseguró haber inventado una máquina para predecir terremotos, y aunque pudo predecir un temblor, al final el invento resultó un asco. Pero se le ocurrió que podría se candidato presidencial en 1892, aunque perdió y se dijo despojado y se autodenominó Presidente Legitimo.

Después participaría en las elecciones presidenciales de 1896, 1900, 1904 y 1910, y siempre con el mismo resultado: la derrota y la denuncia de un fraude.

En alguna ocasión Andrés Manuel López Obrador fue comparado y nombrado como el moderno Zúñiga y Miranda por su comportamiento posterior a la elección y las acusaciones de fraude cometido por sus adversarios, pero su empecinamiento ha sido mayor que cualquiera que haya hecho política en este país.

La gran incógnita para muchos ha sido la forma en que se ha financiado durante sus años de activismo político toda vez que para realizar los actos multitudinarios que acostumbraba se requiere mucho dinero.

Finalmente alcanzó el triunfo ante la conjunción de muchos factores que provocaron en desencanto por panistas y tricolores, permitiéndole emerger como la única opción posible de cambio para recomponer el proyecto fallido de la mal llamada alternancia democrática Mexicana. Andrés Manuel López Obrador es Presidente Electo y tomará posesión el próximo sábado, y hay que decir que las expectativas que construyó durante sus muchos años de campaña son altas, y por lo mismo difíciles de alcanzar.

Desde luego que esas expectativas han sido producto de la excesiva oferta política vertida durante tanto tiempo, pero también de las innumerables críticas que ha lanzado a sus adversarios. El Movimiento de Regeneración Nacional ha sido el corolario para sus múltiples intentos por alcanzar el poder, y como he señalado la expectativa es muy alta porque él mismo la ha colocado por así convenir a sus intereses, claro está, denostando los logros gubernamentales de tricolores y blanquiazules.

Por el bien de todos los mexicanos lo deseable es que le vaya bien, que su gobierno sea un éxito y que sus colaboradores saquen la casta y se olviden de sus culpas pasadas para realizar una administración que verdaderamente le cambie el rostro a este país.

México lo necesita, y Andrés Manuel López Obrador se ha convertido, y hay que señalarlo enfáticamente, en el hombre que mayor esperanza ha sembrado entre los mexicanos en toda la historia patria. Y lo hizo en todo el país, porque lo recorrió innumerables veces.

Insisto, lo deseable es que le vaya bien por el bien de los mexicanos.

Al tiempo.