Quien esté libre de contradicciones, que tire la primera piedra

 

Nos vamos colocando en el inicio formal de nuestra campaña electoral


Y poco a poco, día a día, acercándonos a esa semana de pasión donde a través del sacrificio de la cruz los pecados del mundo fueron perdonados, nos vamos colocando en el inicio formal de nuestra campaña electoral.

Para los que están dentro, y su vida, su bolsillo, su estómago, su seguridad y su futuro inmediato dependen de lo que suceda el 1 de julio, la campaña nunca paró, ni parará. Mañana, tarde y noche, el miedo no conoce de días festivos, ni de calendarios del INE.

Y las contradicciones, la ambición, la capacidad de venderse y la capacidad de ver cómo se sigue con la mamila para seguir chupando la leche del pueblo de México, tampoco.

¿Se acuerdan de un partido llamado PAN? No se lo llevó el viento, se lo llevó Anaya en su camino para ser el candidato de Por México al Frente.

¿Se acuerdan ustedes de un partido llamado PRI? No se lo llevó el viento, se lo llevó la certeza de los propios priistas de que habían hecho las cosas tan mal entre el viejo y el nuevo PRI, que ningún priista podría ganar la Presidencia.

Morena es otra cosa, porque como no tiene pasado es la eterna juventud, no importa que lleven, desde que ganó Cuauhtémoc Cárdenas, viviendo de la mamila del presupuesto de la Ciudad de México, ya que ellos cada vez que estrenan siglas e ideología, sin necesidad de crucificar a nadie, pasan por el Jordán de sus pecados y siempre son políticos nuevos.

Cualquier pecado que hubieran podido cometer ha sido lavado en nombre de ese espíritu no sólo de concordia, de paz y de progreso, sino de ese mandato divino de que el día que lleguen al poder la corrupción desaparecerá y la impunidad habrá terminado.

Ahora vencida la mitad del mes de marzo, el mes de los idus, vencida la oportunidad y varios de miles de millones de pesos en spots que nadie vemos, seguimos sin saber en qué consiste la campaña electoral de los candidatos.

A cambio sabemos que son muy habilidosos. Unos han podido vivir literalmente del aire y siendo fantasmas fiscales.

Otros han podido ser en dos administraciones distintas secretarios de Hacienda y, al parecer, como secretarios fantasma también.

Y un tercero es un serio competidor de Trump, no para ser el presidente de Estados Unidos –aunque si hubiera nacido ahí, seguro le hubiera interesado–, sino por su olfato inmobiliario. Y es que, es capaz de ver dónde hay un erial y cómo puede hacer que emerja una nave que le haría libre, pero sobre todo que le permitiría dedicar su vida a lo único que le importa: a hacernos a usted y a mí, muy muy felices