Quien piensa claro, también escribe claro

 

Desde el 3 y hasta el 7 de abril, talleristas y normalistas cara a cara


¡ A volaaarrr! Allá vamos, siete talleristas desde el Aeropuerco Internacional Benito Juárez, terminal 2 hasta la antichilanga ciudad de Chihuahua, puestos a satisfacer la demanda de estudiantes normalistas provenientes de cuatro planteles: la Normal Experimental de Parral; Rural Femenil de Saucillo; del Estado y la Superior. ¡Allá vamos! A cumplir un convenio entre la Red de Faros de la Secretaría de Cultura, a través del Faro de Oriente, y la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación, de la SEP federal.

Cada chango a su mecate: desde el 3 y hasta el 7 de abril, talleristas y normalistas cara a cara para, por un lado, “aflojar” a los futuros profes para que se desinhiban, y por el otro, otorgarles herramientas pedagógicas para que faciliten a sus futuros alumnos el aprendizaje.

“Deslealmente competimos” con Circo, danza y teatro; Laboratorio de experimentación escénica; Conciencia corporal; Animación; Cine documental y Arte urbano. El reto del Taller de Narrativa y Creación Literaria: lograr, mediante las transposiciones didácticas, enlazar la literatura y su creación con temas escolares, para enganchar el interés del estudiante hacia los géneros literarios narrativos, su lectura e incluso su escritura.

Se conformaron siete grupos: 30 miembros en cada uno, en promedio. Al Taller de Narrativa y Creación Literaria arribaron (en léxico policiacochilango) dos masculinos y 30 femeninas, mi oficial.

O séase: tocó bailar con la más fea –lectura y escritura–, actividades que poca “clientela” generan, porque se prefieren actividades más “dinámicas”, “empíricas” (como si leer, analizar, crear a través de las palabras; corregir, depurar, reescribir, fuesen sinónimo de aburrimiento, no-actividad para ensanchar la lonja).

Desde el inicio los normalistas mostraron profundo interés en el asunto: cómo narrar, qué describir, de qué manera lograr que personajes de diversa índole (principales, secundarios) entablen diálogos, platiquen, rememoren, abran paso al libre flujo de la conciencia… Además, deben crearse escenarios, atmósferas; los personajes, más que verdaderos, serán verosímiles, y lo que expresen concordará con las características que el que escribe les confiere, y lo anterior debe corresponder a un tiempo y un espacio determinados, y lo personal deberá ajustar con lo histórico, y ¡aguas! (normalistas), porque el tiempo literario es muy distinto al tiempo-tiempo que habitual y el narrador se nutre de como se maneja el tiempo en el cine, que mucho enriquece las técnicas narrativas, así que:

Con las mentadas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) nos allegamos cortos cinematográficos mexicanos bajados de Youtube, y para quienes no sabían de las TIC: una repasadita y aprovechemos que traen su telefonito: sépanse que esas TIC contribuyen al acceso universal a la educación, la igualdad en la instrucción, el ejercicio de la enseñanza y el aprendizaje de calidad y el desarrollo de los docentes, y a la gestión dirección y administración más eficientes del sistema educativo… ¡¿Arroooz?!

Y a la de ya nos facilitamos el proceso enseñanzaaprendizaje, exploramos la wiki, tuvimos poemas escritos, musicalizados, vueltos arte gráfico, y el telefonito servía para más de lo común, y la clase fue alegre, participativa, entretenida pese a lo intensivo (cuatro horas diarias: se iban como suspiro, con tiempo para entrarle a los burritos y al agua y al café chanatón).

Insistimos a los chavos: si no se prenden con los libros y su lectura, y con el acto de escribir, como maestros, ¿cómo prenderán a su futuro alumnado para que halle, goce, placer, encanto, saber acerca de lo que somos los seres humanos? Pior aún:

pedimos que escribieran, se dieran el gusto de arrastrar el lápiz, lo conectaran con el cerebro, que éste volara por los infinitos mundos de la fantasía, e hízose el milagro: fluyeron breves textos, brevedades autobiográficas, reinvención de vivencias, y reímos ante el lapsus y ni asomo de linchamiento hubo, pues no a través de las redes sociales: “Escriban acerca de su Primera, Enorme y Gran Experiencia Sexual Infantil”.

¡Perdón, perdón: So-ci-al, Social! “El que hambre tiene en pan piensa, profe”, me cotorrearon, y no fui acusado de pedófilo ni de maniaco, y en cambio hubo carcajadas, risas, pícaras sonrisas que rompieron el hielo –si alguno había.

Normalistas y talleristas confinados en un hotel, logramos el viernes una muestra donde cada taller presentó sus logros. De entre 32 textos de buena factura, mediante la crítica y la autocrítica, democráticamente elegimos seis que se llevaron las palmas y rompieron el paradigma de que leer y escribir es aburrido, pedante. Arrancamos carcajadas a nuestro público y logramos vigencia para un lugar común en desuso: quien piensa claro, escribe claro; quien lee y entiende con claridad, aprende con facilidad. ¡¿Arroooz?!

Y ahora me llueven solicitudes de amistad que enriquecerán mi Feisbu con normalistas deseosos de transformar –desde la enseñanza– este país que los partidos políticos y sus integrantes nos están descuartizando, para que al menos sea menos pior… Cuando menos.