¿Quiénes podrían ir a la cárcel?

 

La venganza no es algo que caracterice al dueño del rancho La Chingada


Gustavo Rentería

Me preguntó un famoso periodista radiofónico, ¿A quién crees que meta a la cárcel AMLO al llegar al poder?

Para elaborar su interrogante, Norberto Lacarriere, de EXA Matamoros, decía que así como la Quina o Elba Esther, otro iría tras las rejas, para mandar el mensaje que va el tabasqueño contra la corrupción.

Apostó por Carlos Romero Deschamps, el todavía senador de la República, el joven comunicador tamaulipeco.

Yo respondí que no creo que el nuevo presidente se dedique a meter a la cárcel a la clase política saliente. Su sexenio, dije, se caracterizará por contener la corrupción, no en castigar la que se vivió en el pasado y desangró al país.

La venganza no es algo que caracterice al dueño del rancho La Chingada; según entiendo, no llenará los centros de readaptación social de panistas, priistas, verdes y perredistas transas, tampoco se distraerá en quitarles lo que tomaron indebidamente. Su propuesta es que ya no se sigan robando la lana.

Reflexionemos. De qué nos sirve que un líder petrolero, después de una espectacular investigación, termine sus días en una celda. Y que el Estado mexicano dedique toda su infraestructura para intentar arrebatarle departamentos, casas, ranchos y terrenos, que seguramente ni están a su nombre.

Lo que nos debe ocupar es que ya no usen los aviones de Pemex para ir de shopping a Estados Unidos, y que no utilicen los helicópteros de la empresa productiva para ir a Valle de Bravo el fin de semana. Que esas centenas de millones de pesos no beneficien a unos cuantos, sino a centenas de miles de personas.

Insistimos en que se rompa la línea directa de corrupción en cada caso. Que cada obra no se “infle” para después caerse con la mordida, que se le diga adiós al moche, que las chequeras sirvan a la gente y que no se sigan sirviendo de ella los servidos públicos.

Que los gobernadores y alcaldes le paren a su ordeña y que todos esos recursos ahorrados se conviertan en infraestructura nacional, más allá de que veinte exmandatarios convivan con Duarte y Padrés.

Muchos quieren vengarse, otros tantos le piden a López que no pierda la oportunidad histórica de “joderse” a empresarios evasores, políticos ladrones y que le de un “estatequieto” a esas fortunas históricas al amparo del poder público.

Se quedarán con las ganas, los que quieren ver rodar cabezas y un fusilamiento masivo. Eso sí, va en serio el combate a la corrupción.