Reculación anticipada

 

Dícese del acto de recular, que es una forma de andar hacia atrás, o bien ceder una persona en su opinión o dictamen. Eso lo que ayer hizo el Presidente Electo de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, cuando finalmente entendió que en la circunstancia que actualmente está viviendo el país, difícilmente se […]


Dícese del acto de recular, que es una forma de andar hacia atrás, o bien ceder una persona en su opinión o dictamen. Eso lo que ayer hizo el Presidente Electo de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, cuando finalmente entendió que en la circunstancia que actualmente está viviendo el país, difícilmente se podrá alcanzar la paz pública con las policías municipales o los cuerpos de seguridad de cada una de las entidades de la Federación. Y no es que pretenda denostar a los cuerpos policiales, pero hasta ahora la delincuencia les lleva mucha ventaja.

Lo principal es que finalmente el señor López Obrador entendió que un país como el nuestro no puede cambiar de la noche a la mañana, y hay que reconocérselo, porque como dice el refrán popular, es de sabios rectificar. Los cambios cosméticos solamente propician espacios de tiempo para recomponer las cosas, aunque en la mayor parte de las veces los proyectos tienen que adecuarse a las circunstancias por las necesidades propias de la obtención de resultados tangibles y medibles.

Aquellos que se han aventurado a señalar en sus discursos públicos el cambio de las circunstancias en el corto plazo, pronto se convierten en mentirosos, y por desgracia para este país, eso le está ocurriendo al Presidente Electo, quien fue insistente durante sus innumerables concentraciones en las plazas públicas durante los diez pasados años, en el regreso de los militares a los cuarteles porque ellos no tenían la capacidad para solventar los problemas de seguridad pública en todo el país.

Siempre condenó la militarización de amplias zonas en los estados, pero sobre todo, la participación de los soldados en tareas que competen a los civiles. Fue tanta su vehemencia en ese tema, que diversos analistas insistieron y analizaron detenidamente durante mucho tiempo su inexplicable aversión a los hombres de verde olivo, y a los miembros de La Marina Armada de México. Quizá el regreso de los soldados y los marinos a los cuarteles haya sido la oferta más publicitada de su catálogo discursivo, pero como dice el refrán popular, “es de sabios rectificar”.

El Presidente Electo lo ha hecho con un borrón y cuenta nueva, como lo hizo cuando decidió que delincuentes como Napoleón Gómez Urrutia y Nestora Salgado serían Senadores de la República. El Movimiento de Regeneración Nacional presentó en la Cámara de Diputados su iniciativa de reformas a trece artículos de la Constitución para crear la Guardia Nacional como institución encargada de prevenir y combatir el delito en todo el territorio nacional, y además se conformará a partir de elementos de la Policía Militar, los de La Naval y de la Policía Federal.

Dicen que es de sabios rectificar, y creo que Andrés Manuel López Obrador comienza a entender que las cosas no son tan fáciles como las planteaba, porque una cosa es la campaña, y otra muy distinta es la realidad. Ojalá que las decisiones le salgan positivas por el bien de los mexicanos,

y esto evite que cunda la desesperanza que se presenta siempre después del segundo año. Pero también tiene que pensar que no es mintiendo como se construye un país, y menos cuando gobernará a más de ciento veinte millones de mexicanos. Al tiempo.