En el primer bimestre de 2016 la inflación acumulada fue 0.82 por ciento. Un año después, entre enero y febrero de 2017, se acumuló una inflación de 2.29 por ciento, lo cual dio como resultado un repunte de 1.47 puntos porcentuales, equivalente a 179.3 por ciento. Para darnos una idea de lo que esto significa recordemos que la inflación durante 2015 fue 2.13 por ciento, hasta el momento la mínima histórica. En los dos primeros meses del año tuvimos una inflación mayor que la inflación que tuvimos durante todo el 2015, año que, en materia de inflación, ha sido el mejor desde 1969. Según la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, correspondiente a febrero, este año la inflación será de 5.39 por ciento, lo cual, de cumplirse la expectativa, significará un repunte inflacionario de 60.4 por ciento: la inflación el año pasado fue 3.36 por ciento.
La primera pregunta que plantea el repunte en la inflación es esta: ¿quién tiene la culpa? Todo apunta al Banco de México, encargado de la política monetaria, y cuya tarea es, lo dice el artículo 28 constitucional, “procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”. ¿Qué tan exitoso ha sido el Banco Central en el cumplimento de su tarea? Veámoslo.
Entre enero de 1969, primer año para el cual tenemos los datos, y febrero pasado, último mes reportado por el Inegi, en México se acumuló una inflación del 811 mil 853.95 por ciento. Sí, ¡811 mil 853.95!, lo cual dio como resultado una inflación promedio mensual de 1.61 por ciento. Entre abril de 1994, momento a partir del cual el Banco de México comenzó a ser autónomo, y en febrero pasado, la inflación acumulada fue de 564.71 por ciento, lo cual dio como resultado una inflación promedio mensual de 0.69 por ciento. En lo que va del siglo XXI las cifras son: 94.89 inflación acumulada, 0.34 inflación promedio mensual. ¿Qué tan exitoso ha sido el Banco Central en el cumplimento de su tarea?
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