Ricardo Anaya precandidato

 

Anaya podría reclamar legítimamente la condición de precandidato presidencial


Sólo hay una forma de que el curso de la corriente cambie al interior del PAN, y se vuelva incierta la postulación de Margarita Zavala como candidata presidencial blanquiazul: además de la victoria en Puebla, que se da por hecho, pero pertenecerá al gobernador Rafael Moreno Valle, el PAN deberá ganar al menos dos gubernaturas. Sólo en esa hipótesis, con un par de buenos triunfos en la bolsa, Ricardo Anaya podría declarar victoria en la jornada electoral del 5 de junio y reclamar legítimamente la condición de precandidato presidencial.

Aunque hace seis meses parecía imposible porque la caída en la popularidad presidencial y en las preferencias priistas era amortiguada por el extravío panista y la atomización de la izquierda, hoy la coyuntura parece sonreírle al joven dirigente de Acción Nacional. En el CEN panista hay información sólida en el sentido de que la elección no está decidida, y de hecho se encuentra en virtual empate, en al menos seis de las 12 entidades federativas que votarán por nuevo gobernador.

En otras palabras, aunque parezca increíble y sin que ello signifique el vaticinio de una cascada de alternancias que podría no ocurrir, a tres semanas de los comicios, hay al menos seis estados donde las cosas todavía no están claras y, de hecho, las diferencias tienden a cerrarse cada vez más, lo cual significa que además de que ganará Puebla, el PAN con sus alianzas es competitivo en esas seis entidades.

En Veracruz, Miguel Ángel Yunes arrancó campaña con 15 puntos de ventaja sobre su primo Héctor Yunes. La oleada de críticas y ataques al Yunes azul han disminuido esa ventaja a sólo cinco puntos, pero todavía está adelante en la contienda.

En Quintana Roo, Carlos Joaquín ha resultado incluso mejor candidato de lo que el panismo esperaba y aunque está atrás, el margen de desventaja es menor a los cuatro puntos.

En Tamaulipas son muchos los panistas que ven muy cerca un triunfo de Francisco García Cabeza de Vaca aunque sólo está adelante por un punto en las encuestas.

En Tlaxcala hay triple empate entre Adriana Dávila del PAN, Lorena Cuéllar del PRD y Marco Antonio Mena del PRIPVEM. No hay ventaja, pero tampoco hay desventaja para la candidata panista.

Martín Orozco está a menos de cinco puntos de Lorena Martínez en Aguascalientes y eso hace imposible considerarlo derrotado con tres semanas de proselitismo por delante.

En Chihuahua, lo que ayer parecía imposible, que Javier Corral fuera competitivo cuando sólo regresa a su estado por razones electorales, hoy es un hecho. El desprestigio de César Horacio Duarte Jáquez sigue dañando las posibilidades de Enrique Serrano Escobar.

A pesar de que el sector empresarial chihuahuense, tradicionalmente “filopanista”, ya votó por el priista Serrano, la clase media alta de la capital del estado parece decidida a manifestar su repudio a Duarte con un voto de castigo al PRI, que hace cada día más cerrada la elección.

Así está el escenario electoral para el PAN de Ricardo Anaya, quien sólo necesita ganar Veracruz y cualquier otra entidad para amanecer el 6 de junio como un sólido precandidato presidencial.

Twitter @EnvilaFisher

GG