Sabor a saudade

 

Nadie podría traducir la palabra “saudade” sin caer en algún rango de imprecisión


Nadie podría traducir la palabra portuguesa “saudade” sin caer en algún rango de imprecisión y eso, esta incapacidad de explicarla es lo que la vuelve una palabra por demás entrañable. Cuando un portugués o un brasileño trata de explicarte en español u otra lengua, el significado de esta emoción, pareciera que es algo que sólo les pertenece a ellos y sí, es muy probable que así sea.

Para algunos es una nostalgia muy profunda, para otros, es una emoción esperanzadora con toques de tristeza o melancolía, pero para Bruno Werneck, un carioca que vive en México desde hace 13 años, esta inexplicable pero entrañable emoción tiene que ver mucho con la memoria y los sentidos. Por ello, creó en México el que quizá podría ser el rincón más auténticamente brasileño que se pueda pisar fuera del gigante sudamericano.

Ubicado en el sótano de Casa Purveyor, un espacio gourmet ubicado en la colonia Roma Norte, este lugar es un viaje a tierras cariocas desde que se da el primer paso. Los azulejos de sus escaleras, el rojo del piso de barro, y ¡hasta el baño! Son un boleto para viajar con la mente a los rincones de Río de Janeiro.

Pero el verdadero plato fuerte es el salón principal, un verdadero boteco carioca que te hace sentir en las calles de algunas de las favelas más famosas.

Tiene toda la decoración del bar más tradicional de Brasil y en su carta, se puede degustar la comida más casera de aquel país, por lo que la comunidad brasileña en México no se ha podido resistir y lo ha convertido casi en su segunda embajada.

Un boteco en Brasil, es un lugar donde se reúne la gente bohemia del barrio para echar un trago con bocadillos baratos y tener largas charlas sin compromiso. El objetivo es pasarla bien. Y por ello, la carta de entradas es un verdadero viaje culinario a las calles de los barrios populares brasileños.

Es maravilloso no tener que ver un restaurante brasileño plagado de banderas verdeamarela o comer algo mucho más allá de la típica carne rodizio.

Si son amantes del sabor brasileño, pero también quieren adentrarse en esa inexplicable emoción que ellos llaman “saudade”, vengan a conocer este paisaje donde se ha plasmado hasta la nostalgia por la cocina de las abuelas, o al menos, de la de Bruno.

*Periodista, cronista, hedonista y feminista.
Madre, viajera, libre y terrícola. @elipalacios