Siglos de historia barridos por el fuego

Catedral de Notre Dame cuando la historia se vuelve cenizas
 

Producto de una mezcla de buena fortuna a lo largo de los siglos y de la  valoración por parte tanto de los gobiernos de Francia en turno como de sus ciudadanos de la importancia de la preservación de su patrimonio histórico, artístico y cultural, la ciudad de París y su riqueza arquitectónica han sobrevivido a […]


Producto de una mezcla de buena fortuna a lo largo de los siglos y de la  valoración por parte tanto de los gobiernos de Francia en turno como de sus ciudadanos de la importancia de la preservación de su patrimonio histórico, artístico y cultural, la ciudad de París y su riqueza arquitectónica han sobrevivido a las más diversas calamidades para lograr que la capital francesa  sea calificada hoy por no pocos y no sin razón como una de las más hermosas ciudades del planeta.

En el centro de esa belleza se encontraba, penosamente hasta ayer, la catedral de nuestra señora de París. Un terrible incendio al parecer causado por los trabajos de remodelación que se llevaban a cabo en la majestuosa iglesia, ejemplo de la arquitectura gótica de los siglos XIII y XIV, ha generado una terrible devastación de la paradigmática edificación ubicada en la Ile de la Cité, es decir en el corazón mismo  de la capital francesa.

Una iglesia monumental que era por lo demás uno de los lugares más visitados de la así llamada y bien llamada ciudad luz y que fue protagonista de muchos de los momentos más importantes de la historia de la nación gala.

Algunos de los más recientes son sin duda la coronación de Napoleón Bonaparte como emperador en 1804, el te deum celebrado en agradecimiento de la liberación de París y de Francia tras la segunda guerra mundial en 1944 y los funerales de estado del presidente Charles de Gaulle en 1970. La iglesia hoy devastada por el fuego sirvió también de inspiración para una de las más grandes obras del romaticismo francés, a saber la novela Nuestra señora de París publicada en la primera mitad del siglo XIX por Víctor Hugo.

Lo ocurrido con la también sede de la arquidiócesis católica de París es una catástrofe cultural que afecta desde luego a los parisinos en particular ya los franceses en general pero que en realidad constituye una gravísima pérdida para toda la humanidad.