Sigue la volatilidad

 

La debilidad económica global provoca que las perspectivas económicas de México no sean las más favorables


La volatilidad se ha convertido en un tema recurrente en el ámbito financiero. Según los especialistas, ésta se utiliza para estimar y medir los cambios aleatorios que se producen en la rentabilidad de los diferentes activos financieros. Sin embargo, en la actualidad el escenario se prevé que cambie después del 8 de noviembre ya que se hayan efectuado los comicios en Estados Unidos.

La debilidad económica global provoca que las perspectivas económicas de México no sean las más favorables ya que puede aumentar la volatilidad a nivel internacional afectando la confianza interna y el rendimiento reducido del sector industrial en Estados Unidos (EU).

Ante la volatilidad al parecer, los países, y México no está exento, deben ser prudentes en cualquiera de las estimaciones y evitar poner en riesgo el desempeño de las economías emergentes. Aun así existe la posibilidad de que la volatilidad se agite con la posible llegada de Trump a la presidencia de EU.

De acrecentar la volatilidad financiera tras el proceso electoral en Estados Unidos, el gobierno mexicano podrá hacer uso de los mecanismos financieros cómo la Línea de Crédito Flexible (LCF) otorgada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las reservas internacionales, que deberán funcionar como escudo financiero.

Las estimaciones más optimistas refieren que la volatilidad financiera global disminuirá tras el proceso electoral de la Unión Americana. Los inversionistas están enfocados en las elecciones y se espera que esta agitación concluya pasado el proceso electoral.

Sin embargo, aunque los comicios pasarán en noviembre, la complejidad que vive el país en materia económica y que se prolongará para 2017, se estima que sea el sector industrial uno de los más afectados y que arrastrará la volatilidad.

Así que este último trimestre será decisivo para ver los niveles de crecimiento y de volatilidad, ya que dependerá mucho para el inicio de 2017. Ese era un reto y al parecer las economías ya hacen previsiones antes de que estalle lo peor. Aunque no se descarta, la persistente depreciación del peso sigue presionando la inflación y aumenta la probabilidad de que las autoridades monetarias y financieras decidan intensificar los esfuerzos para dar una mayor estabilidad a la moneda nacional.