Sin techos

 

Todo apunta para que la siguiente elección sea un verdadero salto al vacío


Escrito está en la historia de la condición humana: de todas las cosas que nos dan miedo, la que no podemos soportar es el vacío.

La oscuridad, la nada, el precipicio, han creado a muchos dioses. Y nosotros necesitamos creer que, cuando damos un paso en falso y caemos, alguien nos recogerá –pero que no sea Caronte, el barquero del infierno– y nos llevará a un sitio donde la vida pueda volver a empezar y, además, sea mucho mejor.

Pero no, eso no es así y nuestra realidad es otra, en la que no hay techos, no hay límites y todo apunta para que la siguiente elección sea un verdadero salto al vacío. ¿Cómo lo ve?

Y no importa lo que usted piense, ahórrese la razón, en esta ocasión está de más. Esto es pura poesía o locura, como usted lo quiera ver.

Los pueblos, que tienen derecho al suicidio, no desaparecen –los países tampoco–, pero pagamos y pagamos las consecuencias de nuestras pasiones. Sin embargo, ¿quién podría vivir sin pasión?

Si analizamos bien a los precandidatos ellos nos han mostrado de todo, y es que ha habido presentaciones, ha habido ocurrencias, ha habido flores, pero campaña, lo que se dice campaña, en la que digan lo que piensan hacer con mi voto y lo que ofrecen a cambio de él, la verdad no.

Uno nos asegura que bastará con su llegada a la silla del águila para que el aire sea más puro, y que además desaparecerán las contingencias si Sheinbaum gana la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y se extinguirá la corrupción, ya que ésta es como en Sodoma y Gomorra, parte de la mala influencia de los gobernantes a los que, mientras tanto, podemos perdonar.

Otro nos recuerda la importancia del futuro y lo que representa que él haya podido sacrificar un partido por todos nosotros para que desde un Frente podamos tener un mañana.

Y en cuanto a los que van en tercer lugar respecto a la intención del voto, me gustaría saber dónde están. Porque cuando veo encuestas como la de El Universal publicada el lunes pasado, me pregunto, no a dónde fueron las flores, no a dónde fue el amor, sino ¿a dónde fue el PRI?

¿Se podrá levantar? Claro, creo que todo se puede levantar, yo mismo podría resultar vencedor en mi lucha contra el tiempo, pero ahora es muy difícil saber en qué momento sucederá.

Mientras tanto, mientras usted acaricia la boleta, que viene a ser como un poema de todo lo que está sucediendo, acostúmbrese a esto, porque esto es un volado completo y écheselo, porque tal vez en lugar de comer una tortilla sólo podremos comer media.

@antonio_navalon